El verano se está marchando, ya esta llegando a su ocaso y como es natural nada es infinito. Llega la hora de hacer reflexiones sobre su paso, unas serán positivas y otras no tanto, y como la lluvia, nunca cae a gusto de todos.

 En el tema taurino, al menos en nuestra ciudad, no ha podido terminar peor, en lugar de estar aplaudiendo y recordando los buenos momentos vividos durante la temporada, que han sido varios, las situaciones que se están viviendo en estos últimos días, nos da pie a que tengamos que desviar nuestra atención a estos últimos acontecimientos.

 Cuando nos presentó la empresa en el mes de mayo, la programación veraniega, todos nos congratulamos de lo bien rematada que estaba, con algunos matices, claro está, que ya fueron expuesto en su día,  pero en definitiva interesante y atractiva.

 A partir de esos momentos, todos los medios de comunicación, sin que nadie nos dijera nada, y nos marcase la pauta a seguir, nos dispusimos a dar ha conocer dicha programación, alabando el interés y entusiasmo que la empresa había puesto en su confección, para engrandecer aún mas el prestigio taurino de nuestra ciudad, que ya gozaba de años a tras.

 Durante el transcurso de la temporada, los medios, cada uno dentro de su filosofía  de entender la información taurina, ha estado informando de todo lo que iba aconteciendo, y en puntuales ocasiones, lo que podría suceder, adelantándose a la noticia, cuando esta había sido fehacientemente contrastada, como es el deber y la obligación del informador.

 Termina la temporada, y a escasamente 24 horas de finalizada la misma,  se nos convoca por la empresa a una rueda de prensa, donde nos darían a conocer el balance general de la misma.  De balance poco se dio,  al menos el económico, ya que el empresario, a preguntas de los compañeros,  nos dio una larga cambiada emplazándonos al 31 de diciembre, cuando tenga que cumplir con  sus obligaciones fiscales ante la Hacienda Pública, por lo visto se olvidó que en la rueda de prensa de la temporada anterior, la inició diciendo que solo en feria había perdido 19 millones de pesetas, entonces no había que esperar al 31 de diciembre.

 Ahora bien, nos colmó de principio, a los medios de comunicación en alabanzas para luego sacar la guadaña e intentar cortar la cabeza de un compañero, que lo único que hacía es tener debidamente informado a sus lectores. En dicho mitin, mejor dicho que rueda de prensa,  se erigió en el salvador de la economía de la ciudad, ya que gracias a su programación taurina, el sector de hostelería tiene cubierta sus necesidades económicas para todo el invierno. Y para colmo de su desafortunada intervención, desacredito y menosprecio a los aficionados locales.

 No quiero entrar en hacer juicio de valor sobre la persona del empresario,  pero no me voy a abstener de hacerlo en la institución que representa. La historia, solera y prestigio taurino de El Puerto data del siglo XVIII, su emblemático coso taurino, acaba de cumplir 121 año, y todo este largo periodo de tiempo, le ha servido para conseguir el reconocimiento que en la actualidad tiene, y no el que nos quieren vender, que el prestigio se ha conseguido en las dos últimas temporadas, las cuales no hay que dejar de reconocer que han sido interesantes, pero también es de humano decir que la base ya estaba anteriormente hecha, sobre la cual ha iniciado su proyecto.

 El Puerto en lo taurino, ya está descubierto, su afición aunque pequeña, que todo hay que reconocerlo, es sincera y agradecida, pero no tonta, como se le ha calificado últimamente, y hay que tratarla con el debido respeto y yo diría que hasta con mimo, para al menos conservar lo poquito que de ella queda.

 Espero que en el futuro, la empresa actual, sea mas comedida en sus comentarios, e intente comprender la filosofía y el carácter del gaditano,  que debido a su corto tiempo entre nosotros, aún no la ha entendido, esperando que para el bien de todos sea pronto.

      Carlos V. Serrano "tarde de Toros" - Radio Puerto - Septiembre 2001