Hombre de plata dorado . Subalterno que lleva por bandera la compenetración como elemento unificador de una cuadrilla cumbre . La animal fuerza que ha de ser controlada con bazas tan importantes como la amistad , la unión , la difícil facilidad de entenderse con un gesto , con un guiño cómplice y a la vez clarificador . La eficacia y la belleza de una labor basada en economizar capotazos , no dejarse ver en el ruedo , estar y no estar , siempre para y por su jefe de filas .

 De esta forma podríamos definir a un hombre portuense de plata, pero bordado en oro, que tras treinta años de profesionalidad, la forma física y no la apatía y desgana le obliga a quedarse fuera del circuito taurino y ver los toros desde los tendidos.

 Apocado y colosal en el ruedo, logra hurtar ovaciones furtivas a su matador, entremezcladas la timidez de saludar montera en mano y la satisfacción personal. Ejecuta su labor con prontitud y exacta matemática precisión que el aficionado sabio en sus conocimientos, sabe valorar . La perspectiva del toro distinta al que se pone delante

 Ha vivido muchos veranos  trepidante apiñado en un furgón que le ha llevado por toda la geografía taurina en tan solo días , soportando  la irremediable tensión de forma idéntica al matador pesando sobre él el   miedo y soledad en el mismo modo de forma equiparable

 Amante de su labor, revalorizada por el público, explendido en banderillas y en la brega tras una ejecución pletórica, y sólo en el fondo de su persona sabe lo difícil que es poner a esta fiesta nuestra, en suerte, como preludio de una gran faena ...cuán magnífica es a veces la gestación de las grandes obras .

 Gregorio Cruz Velez ha decido marcharse en el momento justo, sin llamar la atención, con solo decirlo a su grupo de amigos. Durante su dilatada carrera ha obtenido trofeos en todas la plazas y ferias importantes, tanto con el capote como en banderillas. Madrid, Sevilla, Barcelona, Zaragoza, Pamplona, Francia..... todas las plazas y aficiones han sabido captar su profesionalidad. 

Es sin duda alguna, figura de los de plata y los premios y distinciones dan buena muestra de los adjetivos con los que es calificado dentro de la profesión. Ha servido y servirá de espejo para muchos jóvenes que, una vez tomada la decisión de hacerse banderilleros, anhelan ser algo importante en tan complicado mundo. Ojalá sus vivencias y consejos sirvan para relevo de nuevos toreros de plata.

 "Déjame hacer lo que me gusta" le decía a su madre, y Gregorio Cruz Vélez que a seguro que seguirá abriendo "puertas del toreo", hizo lo que más le gustó en la vida, ser torero

 Hasta luego Gregorio, hasta siempre Torero.

Carlos V. Serrano - Tarde de Toros - Radio Puerto - Junio 2003