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Thomas Joubert
Joubert, a hombros tras desorejar a un Pedraza de vuelta al ruedo en Arles
28 Marzo 2016Arles (Francia) Toros de Pedraza de Yeltes, de buena presencia y variado comportamiento. Los mejores, el noble cuarto y, sobre todo, el bravo y enclasado quinto, de nombre Dudanada, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. El primero, manso con "guasa"; exigente y con poder el segundo, noble y sin fuerza, el tercero; y peligroso el sexto. La plaza registró media entrada en los tendidos.
Manuel Escribano, silencio y ovación tras aviso.
Thomas Joubert, ovación y dos orejas.
Juan del Álamo, oreja y vuelta tras dos avisos.
La corrida de Pedraza de Yeltes, muy esperada por el espectáculo que dio el año pasado, se salvó por dos toros, el buen cuarto y, sobre todo, el extraordinario quinto, frente al cual el francés Thomas Joubert logró las dos orejas y el triunfo de la puerta grande, hoy, en Arles (Francia).
MENUDO TÁNDEM
Escribano echó por delante el toro más aparatoso de su lote, con mucha caja, y que después de un primer puyazo manseó descaradamente y se refugió en tablas, donde el torero lo intentó sin lucimiento. Estocada trasera y caída, y silencio.
El cuarto, noblote y saliendo de los muletazos con la cara suelta, fue bravo en el caballo en tres varas, las dos últimas tomadas desde el centro del ruedo. Escribano aprovechó su nobleza con temple pero mató de una estocada atravesada envainada, un metisaca y, por fin, una estocada tendida.
Serio por delante, el primero de Thomas Joubert fue un toro exigente y con poder. El francés se mostró muy firme y le arrancó buenos muletazos ligados y con ritmo, antes de emborronarlo todo con la espada al requerir dos pinchazos y una casi entera. Saludó una ovación.
Joubert confirmó su buen momento frente al quinto, el toro de la corrida, que tuvo clase y transmisión. Joubert lo toreó con ritmo, cadencia, empaque y personalidad, siempre por abajo en su peculiar estilo, muy "amanoletado". Media estocada fue suficiente para echar a rodar al Pedraza, que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre después de que el matador paseara las dos orejas.
Fuerte y con romana fue también el tercero, un toro noble, con poquita fuerza y la transmisión justa, al que Juan del Álamo cortó una oreja después de una faena muy medida, administrando con temple y cabeza la poca fortaleza del de Pedraza. Concluyó de un pinchazo y una entera que le valió dicho premio.
El último fue un toro que se orientó pronto, desarrollando mucho peligro. Juan del Álamo se pegó el arrimón, pinchando dos veces antes de dejar una estocada habilidosa y meritoria por la condición del de Pedraza, que se volvió imposible. Se le invitó a dar una vuelta para agradecerle el esfuerzo. EFE

