Hellín - Albacete Un cuarto de plaza.Toros de Aguadulce y Herederos de José Mª Aristrain. desiguales de presentación y juego.

Curro Díaz. Oreja y oreja.
Sergio Serrano. Oreja y oreja.
Fortes. Oreja y silencio.

Curro Díaz, Sergio Serrano y Jiménez Fortes se repartieron seis orejas en el festejo celebrado en Hellín el Dia de la Región, con toros de Aguadulce, y apenas un cuarto de entrada, en una agradable tarde en la que el viento molestó a los diestros en algunos momentos. El escaso público premió, como suele ser habitual en Hellín, en demasía lo visto en el coso, y solo algunos destellos de Curro Díaz y la lección de valentía de Fortes en su primer toro merecieron la pena.

Las reses, bien presentadas en general, dieron juego desigual. Dos toros difíciles, muy mansos, sobre todo el segundo de Jiménez Fortes que no humilló en casi ningún momento. Los tres primeros tuvieron movilidad, pero les faltó fuerza, y Serrano no le supo sacar partido al segundo de la tarde, un astado de pelaje ensabanado que fue el mejor de la tarde.

Como anécdota, señalar que el festejo se retrasó media hora por la incomparecencia del cirujano, ocupado en una urgencia, y la Unión Musical Santa Cecilia tuvo que ausentarse a mitad de corrida al tener que asistir a la Procesión de la Patrona.

Curro Díaz no pudo mostrar el Hellín su buen momento después de abrir la Puerta Grande de Las Ventas. Solo destellos con la mano izquierda y su tesón lograron hacer reaccionar al público. Ambas faenas adolecieron de continuidad, acrecentada por la mala condición de los toros, sobre todo del cuarto. Brindó al público su primero, de nombre Estanquero, con el que se cebó por el pitón izquierdo, sacando una tanda de buenos naturales muy templados. Lo mató con una estocada delantera y algo caída que hizo rodar al astado sin puntilla. Consiguió una oreja. El segundo, muy parado de salida, y sin que acusara si quiera el castigo, tampoco espabiló al final, pese a lo que el torero sacó de nuevo destellos con la mano izquierda. Una faena desigual y sin continuidad que le valió para conseguir otra oreja con una buena estocada.

Sergio Serrano, arropado por un importante número de seguidores lo intentó pero no lo consiguió. Pese a tocarle en suerte el mejor toro de la tarde, no supo acoplarse del todo con el astado, y sacó algún natural de mérito. Mató a su primero con un bajonazo que hizo que doblara buscando la puerta chiqueros. El público le pidió la oreja y el presidente la concedió. Al segundo intentó recibirlo con una larga cambiada, pero el de Aguadulce se frenó y el lance solo quedó en intención, como el resto de la faena. Fue un toro complicado el quinto de la tarde, y pese a que lo intentó el albaceteño, sobre todo en las postrimerías de la faena, con unas manoletinas que antes había realizado Jiménez Fortes, no pudo sacarle al astado un puñado de pases de mérito pero sin ninguna continuidad. Tampoco tuvo suerte con la espada, realizando una mala estocada, muy baja y contraria, y un pinchazo. Finalmente descabelló a la primera y el generoso público le concedió una oreja.

Jiménez Fortes, sin destapar el tarro de las esencias, sobre todo en su primer toro, demostró por qué es un torero en auge, dando una lección de valentía. Por momentos, su primera faena, que tampoco tuvo continuidad, fue lo mejor de la tarde. Encendió al público con un magnífico quite por chicuelinas muy ajustadas, como la faena de muleta, desarrollada entre los pitones, desafiando al de Aguadulce. Fue una faena desigual, con poca continuidad, pero con una grandiosa tanda de manoletinas con la que cerró la faena, levantando al respetable de sus asientos. Mató con una buena estocada, algo tendida, y le cortó las dos orejas. El segundo de su lote fue el más manso de todos sus hermanos, y el malagueño poco pudo hacer con todas sus dificultades. Tampoco tuvo suerte con la espada, y profirió varios pinchazos y descabellos hasta que hizo rodar al astado. Aplausos y salida por la Puerta Grande junto a sus compañeros de terna.

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