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Tres orejas para Fandi y dos para Cayetano en la primera de feria en Alicante
22 Junio 2016Alicante. Cuatro toros de Hermanos García Jiménez y dos -cuarto y quinto- de Olga Jiménez, aceptablemente presentados, nobles y facilones. Destacó el extraordinario quinto, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. La plaza se llenó en tarde veraniega.
Francisco Rivera Ordóñez "Paquirri", de azul cielo y oro: pinchazo hondo y descabello (silencio); y pinchazo, media trasera y tendida y siete descabellos (leves pitos tras aviso).
David Fandila "El Fandi", de azul pavo y oro: bajonazo (oreja con petición de la segunda); y estocada (dos orejas tras aviso).
Cayetano Rivera, de frambuesa y azabache: buena estocada (oreja); y estocada (oreja).
Los diestros David Fandila "El Fandi" y Cayetano Rivera, con tres y dos orejas, respectivamente, salieron hoy a hombros en el primer festejo de la Feria de Hogueras de Alicante.
EL IBÉRICO Y LA MORTADELA
Dice el acervo popular que las comparaciones son odiosas, pero en la tarde de hoy en Alicante se hizo irremediable equiparar las tauromaquias de los tres toreros anunciados, ya que, mientras que El Fandi se dedicó a animar los tendidos con su estilo bullidor, Cayetano hizo el toreo más auténtico de la función. Paquirri, por su parte, no pasó de vulgar en dos trasteos insulsos y anodinas.
La diferencia entre unos y otros fue abismal, como el que hay entre el jamón ibérico y la mortadela, aunque, al final, tanto Fandi como Cayetano acabaran compartiendo gloria y foto en la Puerta Grande.
El Fandi prendió la primera hoguera en el saludo capotero al segundo: Larga cambiada, verónicas rodilla en tierra y chicuelinas, suerte que volvió a repetir en quite posterior para el deleite de unos tendidos que echaron humo cuando cogió "los palos"
Luego en la muleta es verdad que baja mucho el granadino, aunque tapa muy bien sus carencias con un estilo más heterodoxo en el que no faltan los rodillazos, desplantes y molinetes.
Así logra mantener siempre un hilo argumental que gusta, y mucho, entre el público más amable, como el de Alicante, que obvió el bajonazo infame de fin obra para pedirle igualmente las dos orejas. Menos mal que el presidente lo dejó todo en una sola.
Con cinco largas de rodillas saludó El Fandi al quinto, en el que brilló en un vistoso quite por zapopinas. Otra vez hubo lío gordo con los rehiletes, de auténtico clamor, y, para no salirse del guión, volvió a contar más lo accesorio que lo fundamental en la muleta frente al mejor toro del envío, de mucho temple y extraordinaria calidad.
A decir verdad fue el astado el verdadero protagonista de la faena, pues la actuación del Fandi, quitando los rodillazos del principio y los circulares del final, no estuvo a la altura de tan buen astado. Pero entró la espada y aquí si cayeron las dos orejas de un toro premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Cayetano se enfrentó a un primer toro flojito y que sólo se dejó por el derecho. Tras un dubitativo inicio de faena y después también de pasar un trago al ensayar el toreo al natural, surgió la raza tan característica en él en dos buenas tandas sobre el pitón bueno.
Siguió por ahí el madrileño, corriendo muy bien la mano, y con mucha suficiencia, para acabar con una serie de molinetes de rodillas y una gran estocada, que por sí sola ya valía la oreja que finalmente paseó.
Al rajado sexto le instrumentó una faena en la que el empaque, el gusto y la torería se aunaron hasta conformar un guiso de lo más suculento. Las tandas de derechazos y naturales, de muy buena factura, estuvieron trufadas de otras exquisiteces como las trincherillas, los desmayados y los cambios de mano.
Muy bien Cayetano, que volvió a manejar la espada con acierto, lo que le granjeó otro trofeo.
El primero de Paquirri fue un toro facilón, blandito y de poca raza, al que instrumentó una faena periférica, de escasa limpieza y menos argumento artístico. Peor aún estuvo en el cuarto, al que no pegó ni un solo muletazo en condiciones en otra labor para olvidar cuanto antes. EFE