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Pinar y Morenito, a hombros con un rotundo Diego Carretero en Hellín
08 Octubre 2017Helínn (Albacete) Cuatro toros de La Palmosilla (segundo, quinto, sexto bis y séptimo), dos de Herederos de Garzón Valdenebro (primero y tercero), y dos novillos de La Palmosilla (cuarto y octavo). Bien presentados. Justos de fuerza y raza. Algo mejor resultó el quinto bis. La plaza registró casi tres cuartos de entrada en los tendidos.
Octavio Chacón, silencio y ovación.
Jesús Martínez "Morenito de Aranda", silencio tras dos avisos y dos orejas.
Rubén Pinar, oreja y oreja.
El novillero Diego Carretero, dos orejas y dos orejas.
Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Dámaso González y Victorino Martín.
Los diestros Rubén Pinar y Jesús Martínez "Morenito de Aranda", con dos apéndices cada uno, salieron hoy a hombros en la localidad albaceteña de Hellín, y con ellos el novillero Diego Carretero, que completaba el festejo de ocho reses, y que cosechó un rotundo triunfo de cuatro orejas.
La falta de fuerza generalizada de los ejemplares que saltaron al ruedo de Hellín impidió que la brillantez de los trasteos fuera mayor.
Octavio Chacón se topó con dos antagonistas tan nobles como flojos. Aún así el gaditano apuntó las magníficas maneras clásicas que siempre le caracterizaron, y que no pierde aunque apenas se vista de luces. A pesar de lo apuntado, bien podría haber cortado una oreja en cada uno de sus toros si "el tercero" de su cuadrilla no hubiera fallado con la puntilla repetidamente.
Morenito de Aranda puso una incuestionable disposición toda la tarde, quedando por encima de un primero brusco con el que dibujó algunos carteles de toros aislados, y un sexto bis, de La Palmosilla, que tuvo más fuelle que sus hermanos, y al que dio cumplida réplica el burgalés en un trasteo de entrega no exento de gusto. Mató de estocada desprendida y las dos orejas fueron para él.
Rubén Pinar se enfrentó a un tercero muy justo de fuerza, al que instrumentó una faena limpia y templada, aunque a media altura. Mantuvo en pie a su segundo, lo cual ya fue meritorio, en trasteo que tuvo disposición por imposibilidad de mayores logros.
Diego Carretero anduvo muy asentado y pausado, tirando del remiso viaje de su primer novillo con verticalidad y clasicismo, acabando con él al segundo intento de manera contundente, abriéndose ya en su primer oponente la puerta grande.
En el octavo ratificó la muy positiva dimensión mostrada en su primero, consiguiendo mayor acople por el pitón derecho. Se tiró a matar muy de verdad, dejando una estocada entera aunque desprendida, y otros dos apéndices para redondear la tarde. EFE