El Puerto (Cádiz). Media plaza. Se han lidiado toros de Parladé, bien presentados y desiguales en el juego

El Cid, saludos y palmas.
José María Manzanares, oreja y dos orejas. .
Miguel Ángel Perera, saludos y silencio.

Saludaron Curro Javier y Luis Blázquez en el 2º; Alcalareño en el 4º; Juan José Trujillo y Luis Blázquez en el 5º y Joselito Gutiérrez y Guillermo Barbero en el 6º. También saludó el picador Ignacio Rodríguez en el 6º

no de los carteles más atractivos de la temporada, así lo manifiestan la mayoría de los aficionados, con tres toreros de primera fila, y, ¿Donde está la afición?, ni media plaza acudió en la tarde de hoy a presenciar la corrida al Puerto. Nos preguntamos ¿el viento?, ¿la crisis? ¿los toros?; preguntas y cuestiones que debemos de ir resolviendo, y ante las que debemos de tomar medidas, de lo contrario, no necesitaran firmas para acabar con la fiesta, pues… entre todos la mataron y ella solita se murió.

 Esperamos sinceramente en la tarde de hoy a Manzanares, un torero que viene triunfando en temporadas anteriores sin defraudar a la afición de la Bahía de Cádiz, y de nuevo una tarde más no defraudó y triunfo, lidiando a sus enemigos y a un fuerte viento de levante que molestó, y mucho, durante todo el festejo.

 El de alicante recibió a su primer enemigo con un toreo de capote de pellizco, verónicas templadas que llegaron a los tendidos. En su faena de muleta, intentado encontrar el lugar donde menos le molestara el viento, y eso era difícil, Manzanares cuajó una faena a base de insistir ante un toro que se vino abajo ante de lo esperado, pese a ello consiguió tandas templadas y ligadas. Remato de una certera estocada en ejecución y efectividad y le concedieron una oreja.

 En su segundo ante el que nada pudo hacer con el capote, se fue acoplando hasta conseguir una faena por ambas manos, a base de insistir sometió al toro, sacó de él todo lo que tenia pero como debe ser, con muletazos templados, largos, profundos, intensos…Mató de estocada y le concedieron las dos orejas.

 El Cid, derrochó mucha voluntad ante su primer enemigo un toro, desrazado y sin clase. Remató de una estocada. En su segundo, que brindó al público, un toro con cierta nobleza pero poca fuerza, el de Salteras puso toda la carne en el asador para conseguir un triunfo, pases de calidad pero sueltos: no pudo ser. Remató después de varios pinchazos de una estocada baja.

  Perera en su primer se lució con el capote y en su quite por gaonera. Después de brindar al público, intentó realizar una faena que finalmente se tradujo a uno de sus arrimones, el toro tenía muy poco recorrido, llegó a pisar terrenos comprometidos. Mató mal. El diestro no quería irse de vació del coso portuense y la entrega que ha demostrado en temporadas anteriores nos anunciaba que el diestro iba a por todas. Pero también en esta ocasión la ilusión se nos fue por los suelos; puso voluntad de su parte, pero a veces hace falta algo más que voluntad; su faena de muleta estuvo constantemente impregnada de enganchones, faena incierta, y mostrándonos a un Perera lejos del que vinos en otras temporadas.

 Rocío Oliva