Soria. Se han lidiado seis toros de la ganadería de "Zalduendo", de Cáceres, que han resultado dispares en la presentación, nobles pero faltos de fuerza. Más de dos tercios de entrada en tarde calurosa.

Manuel Jesús "El Cid", silencio y dos orejas.
Sebastián Castella, oreja y oreja.
Iván Fandiño, oreja y oreja.

 

El Cid no ha tenido suerte con el primero de su lote, un invalido que pedía a gritos a la presidencia su devolución a corrales desde el primer puyazo recibido y que ha vuelto a doblar en banderillas. Con este enemigo, el matador sólo ha podido llevarle templado, sin forzarle, en la faena, pero ésta ha resultado sin emoción ni brillantez. Ha matado con una estocada trasera, tras un pinchazo. En su segundo, le ha correspondido en suerte el mejor toro de la tarde, un astado que trasmitía y con el que el diestro ha estado entregado. Ha cuajado una buena faena, desde el inicio, que ha llegado al tendido. Ha matado con una estocada baja, que no le ha impedido cortar dos orejas.

Castella ha mostrado desde el principio, en su primero, voluntad de agradar al tendido, tras ser el triunfador de la feria taurina de San Juan de 2012. Ha encadenado una tanda aseada de pases con la derecha en el inicio de la faena, sólida y larga, asentado en el centro del redondel. Ha matado bien a su primer enemigo, manejable pero bajo de raza, lo que le ha permitido cortar una oreja. Con su segundo, un toro que se ha caído por los suelos y para el que se ha solicitado sin respuesta cambio a la presidencia, el diestro francés ha podido cortarle una oreja tras esforzarse para ligar una buena serie y matarle tras un primer pinchazo.

Fandiño, en su reaparición tras la cogida sufrida en la feria madrileña de Las Ventas, ha cuajado una faena correcta, meritoria, que le ha dado trofeo con su primero de la tarde, un astado noble y alto ante el que ha estado técnicamente impecable. Le ha recibido bien y, tras brindar al público, le ha toreado por alto, a pies juntos, en el inicio de la faena. Valiente, el matador se ha probado a fondo, enganchando al toro desde muy adelante. Ha matado con una estocada casi entera y bien colocada, que le ha dado una oreja. Con su segundo, el más manso del festejo, el matador vizcaíno lo ha puesto todo en una faena en la que ha ido de menos a más hasta meterse al público en el canasto. Ha matado, hasta la bola, con una estocada. Ha escuchado dos avisos con el verduguillo. EFE