Cuando me dispongo a escribir un editorial, antes intento por todos los medios poner en orden las ideas de lo que en el quiero expresar, para dejar claro, al menos bajo mi punto de vista, el tema o la noticia que ha merecido mi atención, pero a veces no consigo darle la forma justa para con cuatro palabras transmitir mis pensamientos, y emplear un lenguaje claro para ser entendido. Para esta ocasión si lo he tenido, la situación ha dado lugar a no tener que pensar mucho, porque creo que las circunstancias así lo aconseja.

Todos sabemos que una persona pública o popular es aquélla la que a través del tiempo, ha alcanzado un elevado status social y profesional gracias al interés y confianza que un público ha depositada en ella, elevándola con su apoyo a conseguir grandes metas, y por consiguiente elevar su popularidad y también su economía.

Como es lógico y natural, este público requiere en contadas y especiales ocasiones su presencia física en determinados actos, para conocerle y al mismo tiempo agradecerle personalmente los buenos momentos vividos gracias al desempeño de su profesión. Esta situación no se da en determinadas figuras del toreo, que endiosadas, y subida en su pedestal, rehúsan al contacto directo con aquellos.

Por no ir mas lejos, el pasado viernes día 9 de febrero, un grupo de aficionados componentes de la Tertulia Taurina Portuense La Garrocha, organizaron su tradicional gala de entrega de premios a los triunfadores de la pasada temporada en la Plaza Real de El Puerto, estos premios que son muy apreciados y codiciados por el mundo del toro, llegaba en esta ocasión a su octava edición.

Estos aficionados que siempre se han caracterizado por su buen hacer en pro de la fiesta, que habían puesto todo su empeño, como en todas las ediciones anteriores en organizar este acto, vieron como todas sus ilusiones se vinieron abajo por la ausencia del principal protagonista , el matador de toros José Tomás.

Cuatro meses ha durado la odisea de los organizadores en intentar que el torero estuviese presente en el acto, cuatro meses escuchando diariamente a la "Coordinadora de prensa" decir que el torero esta en el campo preparándose para la próxima temporada, que no es oportuno quitarle la concentración en el toro y que una vez “recluido” en el campo no es aconsejable distraer su atención.

Durante estos cuatro meses, el torero ha estado en el campo en la provincia de Sevilla, ha escasamente dos horas de coche hasta El Puerto, en el mes de diciembre estuvo en Jerez a las 9 de la noche en el homenaje al maestro Rafael de Paula, Jerez y El Puerto está 10 minutos de camino, y para más INRI, los días 5 y 6 de enero estuvo en el mismo Puerto encarnando al Rey Gaspar en la cabalgata de Reyes Magos.

Díganme vdes. si el torero no podía haber perdido un par de horas en recoger sus premios y contactar con la afición gaditana..?

Díganme vdes. si esto no es una descortesía hacia los que han contribuido a que ocupe el lugar que hoy ostenta en la torería.

No se que pretende el torero con esta actitud, quizás escabullirse de los medios de comunicación y no poder responder a preguntas que no tienen respuesta.

Pienso que debería analizar detenidamente su situación actual, y darle un giro de 180 grados, nadie discute su categoría profesional avalada por sus múltiples triunfos, pero si es muy discutible fuera del ruedo.

Quiero dejar bien claro mi admiración y respeto a la persona en su ámbito profesional, ya que de los que yo he conocido, en su profesión, es el máximo exponente de la torería de los últimos tiempos, aún no superada por ningún otro en sus mismas circunstancias, situación de privilegio alcanzada por meritos propios.

Aún le queda por recoger en El Puerto el premio PACO FLORES de RADIO PUERTO,

Se producirá el “milagro” que venga.

Carlos V. Serrano, febrero 2001