Por muy extraño que parezca, y recientemente inaugurado el emblemático y deseado coso taurino portuense, ya existían mentes privilegiadas que con fines especulativos pretendían hacerse con ella.

Debido a los múltiples problemas económicos que estaba atravesando la Compañía propietaria de la Plaza. se vieron en la necesidad de solicitar un préstamo de 150.000 pesetas a D. Tomás Osborne Böhl de Faber, a pagar en 10 años, poniendo como garantía del mencionado préstamo el propio coso taurino.

Enterados de esta hipoteca, D. José Pazos Gerente de la Compañía propietaria de la plaza, recibe un escrito fechado en Cádiz el día 24 de octubre de 1.882 y firmado por José Niki García, en el que en otras cosas decía " Como representante en esta plaza de una fuerte casa banquera con amplios poderes, me dirijo a vd. para proponerle la compra de la Plaza de Toros. Advirtiéndole que daré una prima muy corta sobre el capital social, pues que mi deseo no es otro que el de derribarla, para quitar de los pueblos modernos esos padrones de ignominia, afrentas del siglo XIX"

Lógicamente esta descabellada y alocada oferta no fue aceptada por la Compañía propietaria.

Quede pues para los amantes de datos históricos, que el 24 de octubre de 1.882, o sea dos años después de inaugurada la plaza, quisieron especular con ella con el solo propósito de derribarla.