Toros en El Puerto

OTRA VEZ LA TV

  Ya está cerca los inicios de la temporada y lógicamente las empresas comienzan a preparar sus carteles,  principalmente las grandes ferias, los empresarios con sus escuetos  presupuestos comienzan hacer múltiples  combinaciones  para conseguir una programación  acorde con la categoría de las plazas que regentan, y las peticiones del público, tienen también que superar las exigencias de los que “mandan” acceder a todas sus peticiones que a veces resultan insalvables,  es harto difícil, encontrándose en situaciones que por falta de entendimiento no llegan a buen fin.

 A las dificultades de conseguir acuerdos en cuanto a  compañeros, ganado y emolumentos  económicos, todo esto referido a los que “mandan”, porque los demás tendrán que aceptar lo que le ofrezcan, hay que añadir el problema de las retransmisiones televisivas, un problema que ya se dio en la pasada temporada y que en los albores de la presente ya se ha presentado nuevamente.

 Ya se conoce que tanto José Tomás como José Miguel Arroyo “Joselito” no irán a la feria de Valencia, y lo mismo ocurrirá con Sevilla y Madrid, el problema radica en la falta de entendimiento entre las partes por el tema televisivo.

 Existen tres elementos fundamentales en toda esta problemática, empresa, matadores y plataformas televisivas,. Entiendo que el empresario debe ajustar sus presupuestos contando con los derechos de imagen del espectáculo que organiza, también comprendo que las TV deben buscar lo que más interese a sus telespectadores y por consiguiente negocian con los “propietarios”de los derechos de las retransmisiones, y el último eslabón de la cadena  que es el torero queda al margen de todas estas negociaciones. 

¿ Porque estas negociaciones no se hacen a tres bandas.?

¿ Porque siempre es el torero el que tiene que acatar lo que previamente las otras dos partes han  acordado.?

 Bajo mi modesto entender pienso que todos en parte tienen sus razones, pero al final el único perjudicado de todo esto es el aficionado que no tenga acceso a ver  a estas figuras , ya que la mayoría de las ciudades no tienen la fortuna  de verlos en directo, y el único medio que dispone son las cámaras de TV.

 La situación se solucionaría, pienso yo,  si el empresario dejase negociar al torero directamente con las plataformas, independientemente de los posibles acuerdos de estas últimas con el organizador del espectáculo, de esta forma todos saldrían beneficiado, de lo contrario al igual que lo que ocurre con otros eventos, seria la autoridad competente quien designase el espectáculo cómo de interés nacional, todo ello en beneficio lógicamente del aficionado, osease el pueblo.

 Espero y confío, porque aún estamos a tiempo, que se llega a un feliz acuerdo, que todas las  partes implicadas cedan de su parte, porque todo ello redundará en beneficio de la fiesta, una fiesta que cada día está más deteriorada por las trabas que está teniendo últimamente, y el único que la mantiene en pie es el aficionado, que es el más perjudicado con este tema, porque debemos de pensar que también su comprensión y paciencia tiene un limite.

Carlos V. Serrano - Enero 2001

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