1.1
Bailaor:
El toro de pelaje negro, bien puesto,
de cinco años y medio, llamado Bailaor, del ganado de don
Andrés Fontecilla (1), luego de don Carlos Eizaguirre, se lidió en
la plaza de Linares (Jaén) el (29-08-1883), resultando de una
bravura y un poder tan enormes, que Rafael Molina (Lagartijo)
y los picadores de su cuadrilla, José y Manuel Calderón, al escribir
al ganadero felicitándole por los toros Manchego y
Pajarito, decían a propósito de Bailaor: «...toro buen
mozo, divinamente encornado, fino y escaso de carnes, en las
primeras varas demostró mucho poder, y cuando se quedó en los
tercios, sin desafiar nunca y siempre natural en la suerte, tomó
«veintiuna varas», y con decir que mató 13 caballos es suficiente
para comprender que no dejó nada que desear, pues es toro que no
puede olvidarse con facilidad y «que no ha» tenido en los tiempos
que corremos compañero, pues ha sido un verdadero fenómeno. En este
toro, del señor Fontecilla, nos sucedió una rareza, que fue la de
tener que retirarnos a pie a la fonda. Que críe usted muchos y que
podamos torearlos, es lo que desean sus afectísimos, que le
aprecian: Rafael Molina, José Calderón y Manuel Calderón.» Este toro
era, hijo de un semental de la ganadería de Miura.
(1)Don
Andrés Fontecilla fue uno de los pocos ganaderos españoles que,
además de un semental, compró hembras a la casa Miura. Fueron dos
concretamente, acompañadas de sus correspondientes rastras. Mucha
mayor relevancia tendría la adquisición realizada por don Florentino
Sotomayor, en 1911, año en que formó su ganadería con ciento sesenta
y cinco hembras y quince machos de don Eduardo II Miura. Tras tentar
los ejemplares adquiridos mantuvo sesenta de las vacas miureñas y
tres de los sementales: Lagarto, Guineo e Inspector. Más tarde cruzó
la vacada con dos toros de la duquesa de Tamarón y otro de don
Joaquín Parladé. La ganadería de Sotomayor fue adquirida años
después por el matador de toros Marcial Lalanda y quedó
prácticamente extinguida durante la Guerra Civil Española.
2.2.Bailaor:
Antonio Ríos (Manchao),
matador de novillos, que se presentó en Madrid el (25-07-1902).
Según don José María de Cossío, “pareció valiente e ignorante y sin
salir del montó debió retirarse del toreo.” Sin embargo, años antes,
concretamente el (06-05-1888) toreó en un mano a mano con Manuel
Martínez (Manene), en Madrid, por lo que no fue la primera
vez en 1902, en una novillada con tres toros de don José Orozco (2)
y tres de don Manuel Montes. El primer toro, llamado Bailaor,
de pelo negro, cogió al Manchao, que hubo de ingresar en la
enfermería con la clavícula fracturada; el bicho sembró el pánico en
la plaza, y Manuel Martínez (Manene) no tuvo más remedio que
dar cuenta de la corrida y la dio de un modo sobresaltado y
ridículo, pues el toro le hizo bailar de aquí para allá. en
el momento de la puntilla, por último, Bailador hizo otra de
las suyas en la persona de Antonio Preciados, puntillero, al que le
causó algunos varetazos.
(2)
Debutó en la plaza nueva Plaza de Toros de
Madrid como ganadero de reses bravas el (12-10-1884). La adquirió de
don Juan Antonio Adalid, que había comprado en 1872 la originaria
de don Diego Hidalgo Barquero –canónigo de la catedral de Sevilla-
con divisa azul y señal: cortada en una oreja y brincada en la
otra, fue fundada hacia el año 1810 con vacas que compró al
presbítero señor Bueno, vecino de Utrera, procedentes de don José
Giráldez, y sementales de unos ganaderos de Triana apellidados
Gutiérrez
3.3
Bailaor:
El astado de la ganadería
española del duque de Veragua XIV, de nombre Bailaor, fue el
último que mató y su última corrida en Madrid el infortunado diestro
sevillano Faustino Posadas Carnerero, el (11-08-1907). Trabajó
aquella tarde con
Corchaíto
y Relampaguito. Posadas no pudo dejarle mejor recuerdo a la
afición madrileña. La Prensa se hizo eco de su excelente trabajo,
coincidiendo todos los cronistas en el aplauso. Siguiendo ahora con
don Enrique Vila, «el día (18-08-1907), siete años después de la
trágica jornada de Barcelona, en la que el toro de Miura, de nombre
Desertor o Receptor, cogió mortalmente a Domingo del
Campo (Dominguín), el novillo llamado Agujeto de la
misma vacada, aumentó la lista de víctimas de la divisa, con el
nombre del matador de novillos Faustino Posada, perteneciente a una
familia de toreros sevillana, en la que destacó el nombre de un
matador de toros, Antonio, que alcanzó un puesto muy destacado entre
los toreros del estilo sevillanista. » (Foto T. I, pág. 330)
La
novillada en que Faustino Posada encontró trágico final se dio en la
plaza de Sanlúcar de Barrameda, el día citado. Fue mucha gente de
Sevilla a verle, Guadalquivir arriba, en aquel inefable barco de
ruedas en cuya cubierta se servía a los pasajeros deliciosos
refrescos de panales. Salió en primer lugar el miureño llamado
Agujeto, berrendo en negro, el cual tomó codicioso cuatro varas,
dando lugar a que se lucieran con él los lidiadores. Llegó la hora
de matar, y Posadas, después de una buena labor de muleta, se
dispuso a ello; tenía la costumbre peligrosa de volver la cara para
ordenar algo a sus peones o para brindar al público, en plena lidia,
estando junto al toro. Igualado el animal, Faustino volvió la cabeza
en ese movimiento tan característico de los toreros al entrar a
matar y estando haciéndolo, se le arrancó Agujeto, no
teniendo tiempo el diestro para hacer ningún movimiento defensivo...
volteándole e infiriéndole en el cuello una herida de 10
centímetros, con desgarramiento de tejidos y perforación de la
tráquea... ¡otra vez una imprudencia delante de un Miura!
El
desdichado Posada anduvo unos inciertos pasos por el ruedo con
evidentes muestras de asfixia, hasta que en gravísimo estado, se lo
llevaron a la enfermería. Rápidamente intervinieron los médicos que
operaron al herido quedando éste tranquilo después de la
intervención. No se movió al herido de la enfermería de la plaza y
al siguiente día fue desde Sevilla con el padre del torero y D.
Eduardo I Miura, el entonces eminente cirujano Dr. Lozano, que
diagnosticó la extrema gravedad del torero y la imposibilidad de que
fuera trasladado a Sevilla, como se había pensado. Murió en la
enfermería después de terribles dolores, a las doce de la noche del
día 19. El novillero Corchaíto, tuvo que despachar la corrida
entera porque la tragedia sobrevino en el toro primero.
A las
doce de la noche el pobre Faustino Posada, dejó de existir después
de haber recibido los auxilios de la religión. La agonía había sido
desgarradora. Rodeaban al torero, al tiempo del fallecimiento, el
padre, los banderilleros y don Eduardo I Miura, que no había salido
de la plaza desde que por la mañana llegó a Sanlúcar. El cadáver fue
llevado a Sevilla, donde los sevillanos le rindieron un merecido
homenaje. En el entierro de Posadas se vistió Sevilla de luto,
sobrecogida su población por tan lamentable suceso. Faustino Posada
contaba al morir veintidós años de edad. Una vida joven, cargada de
ilusiones, había sido literalmente segada por los cuernos de un toro
de Miura.
Faustino Posada Carnerero era «torero fino y adornado», dejó escrito
Bruno del Amo (Recortes) en un artículo publicado en Sol y
Sombra el (07-12-1911). Inteligente y artista en todas las
suertes de la lidia, lo mismo banderilleando que toreando con la
capa, suerte en la que sobresalía por los adornos que en ella
realizaba, o pasando de muleta. Paraba y templaba mucho, y esta
especialidad prestaba a su toreo cierta emoción y al ejecutante
muchos adeptos. Era éste el caso de Posadas, que aunque no era muy
decidido a la hora de la muerte, lo hacía con seguridad, cobrando en
ocasiones magníficas estocadas. De él puede decirse, sin temor a
equivocarse, que hubiera sido un gran torero de no haberle truncado
la vida la fatalidad. La funesta lista trágica crecía... fue un
lote de toros «duros» y don Eduardo I Miura, su dueño y hermano más
pequeño de don Antonio -ambos hijos de don Juan el fundador, no
figuraba entre los espectadores de la Fiesta.
4.4
Bailaor:
El (03-09-1911), el célebre diestro
mexicano Luis Freg, recibió su segunda alternativa, en la Plaza de
Toros de Almería (España), de manos de Julio Gómez Cañete (Relampaguito)
y de testigo Antonio Pazos e Isidoro Martín Flores, con la cesión de
Bailador, de la ganadería española de los herederos de don
Vicente Martínez (3). El octavo toro, que llevó el nombre de
Puntillo, lo hirió de gravedad en el recto.
(3) Presentó por primera vez sus toros
en Madrid el (28-03-1853), teniendo la ganadería su origen en la que
hacia el año 1790 fundó don Julián de Fuentes, quien, a su vez,
presentó sus toros por vez primera en Madrid el (16-09-1822), pero
ya lo había hecho el (10-10-1813).
5.5.
Bailaor:
Juan
Silveti Mañón remató la tarde del día
(07-02-1915),
dos
poderosos toros, llamados
Platillero y Bailaor, ambos
de la famosa
ganadería zacatecana
(Estado de Zacatecas, México)
de San Mateo, de don Antonio Llaguno González (4) –su
antigüedad es de 1912, con divisa: Rosa y blanco-,
que
fueron
muy bravos
y nobles,
lidiado por el propio
matador mexicano en su beneficio. En esa corrida, quedó grabado el
nombre de Bailador , en la mente de todos los aficionados de
aquella época, que asistieron al coso de la ciudad de México, D.
F., ya que,
además de su bravura y nobleza,
protagonizó
el caso insólito de que matar
siete caballos, mismos que quedaron esparcidos por la arena,
sin que los espectadores dieran crédito a lo que
estaban viendo.
(4) Esta
ganadería tiene un glorioso historial,
habiendo sido la predilecta de los toreros españoles y mexicanos,
aficionados y empresarios, figurado en él centenares de toros de
bandera que han dado nuevos prestigios a la divisa.
6.6.
Bailaor:
El (16-05-1920) -el año que murió
Antonio Carmona y Luque, Gordito-, Bailaor, de una
ganadería, no inscrita en la Unión de Criadores de Toros de Lidia,
de la señora Viuda de Ortega, hijo de Canastillo, de pelo
negro; de escaso tamaño, presencia y trapío, lidiado en quinto lugar
en la plaza de Talavera de la Reina (Toledo), la fecha señalada y
durante la faena de muleta hirió de tal gravedad al famoso matador
José Gómez (Joselito), que falleció en la enfermería de la
plaza a los pocos minutos de la cogida. Le tocó el triste papel de
cerrar los ojos de Joselito, en la misma enfermería de la
plaza de Talavera de la Reina, a su cuñado y compañero de terna,
Sánchez Mejías, quien ese día toreaba mano a mano con su cuñado el
día de la tragedia.
En la página número 413 del libro
multicitado «Sevilla en tiempos de Joselito y Belmonte», de don
Nicolás Salas, el lector cuenta con una fotografía de Joselito,
frente a frente con Bailaor, el toro asesino, en la plaza de
Talavera de la Reina. «ABC» de Madrid llevó a su portada del
(18-05-1920) la fotografía de la cabeza del toro Bailaor. La
madre del toro asesino de José se llamó Bailaora y era
oriunda del duque de Veragua. El padre, Canastillo, toro
semental, que procedía de la ganadería de Santa Coloma, padre de
Bailador -la madre se llamó Bailaora, oriunda del hierro
de Veragua-, que mató en Talavera de la Reina a Joselito (el
Gallo). Bailaor era de una ganadería, no inscrita en la
Unión de Criadores de Toros de Lidia, de la señora Viuda de Ortega,
hijo de Canastillo, de pelo negro; de escaso tamaño,
presencia y trapío, lidiado en quinto lugar en la plaza de Talavera
de la Reina (Toledo), la fecha señalada y durante la faena de muleta
hirió de tal gravedad al famoso matador José Gómez (Gallito),
que falleció en la enfermería de la plaza a los pocos minutos de la
cogida. Le tocó el triste papel de cerrar los ojos de Joselito, en
la misma enfermería de la plaza de Talavera de la Reina, a su cuñado
y compañero de terna, Sánchez Mejías, quien ese día toreaba mano a
mano con su cuñado.
7.7
Bailaor:
Tan pronto llegó a España, Fermín
Espinosa Saucedo (Armillita) toreó en la Plaza de Toros
Monumental de Barcelona, para doctorarse y la ceremonia tuvo lugar
el (25-03-1928), siendo el padrino su hermano Juan (Armillita),
toreando con ellos Vicente Barrera; el toro de la alternativa, como
los restantes de la corrida, fueron de don Antonio Pérez (5), de San
Fernando (Salamanca) y el cedido por Juan a Fermín, lógicamente el
primero, Bailaor, fue negro y marcado con el número 55.
Lástima que ninguno de los toros se prestaron al lucimiento, pero
Armillita chico dio la vuelta al ruedo entre una clamorosa
ovación, con el de su doctorado.
(5) Debutó como ganadero en la Plaza
de Toros de Alicante el (07-07-1911), siendo Manuel Mejías (el
Padre Negro) el diestro que lidiara su primer toro, de nombre
Marqués, cuya cabeza se conserva en su dehesa de San
Fernando.
8.8.
Bailaor:
A lo largo de la
fascinante historia humana, que ha dado vida a la Tauromaquia, han
sido incontables los diestros que tuvieron un destino infortunado,
pero todos vivieron sus respectivas profesiones entre la gloria y
la tragedia, cuando no, padecieron situaciones que alimentaron la
generalizada superstición en que siguen viviendo la profesión la
mayoría de ellos. Tal fue el caso del infortunado matador José Luis
Bote Romo –nacido en Madrid el (29-07-1967)-, quien en su primera
corrida del año, celebrada en la Plaza de Toros de su ciudad natal
el (17-05-1992), en la Feria de San Isidro, un toro de don Alonso
Moreno de la Cova, llamado Bailaor (*) –nombre de triste
recuerdo- se cruzó desgraciadamente en su camino, y tan descompuesto
de jechura como distraído constantemente, escupió con rabia mansa
los puyazos, en uno de los cuales se arrancó inesperadamente al
diestro, lo desarmó e hizo hilo tras él. Intentó sin éxito saltar el
olivo, y en aquel momento el toro le tiró la típica cornada en alto
que dan los mansos, alcanzándole en la espalda. Cayó al suelo el
torero y todos los presentes pensaron que ya no podría levantarse.
La gorrilla del monosabio Eduardo Vallejo (el Pimpi) voló por los
aires para hacer un quite providencial al torero. Le salvó la vida
porque contra el estribo y tan entero el bicho hubiera ocurrido lo
irremediable. Cuando era llevado por el túnel de la enfermería se
quejaba de no sentir las piernas. El pitón de Bailador había
penetrado, según el parte médico del doctor Máximo García Padrós,
por la región posterior del tórax a nivel de la décima-undécima
vértebras dorsales, produciendo fractura y luxación de ambas, con
contusión medular y manifestaciones neurológicas en ambos miembros
posteriores. El pronóstico no pudo ser otro que gravísimo y la
recuperación se creía lentísima. Como componían el cartel Dámaso
González y Emilio Oliva, debieron matar la corrida mano a mano.
Contó tiempo después José Luis que “cuando el toro me hirió me quedé
inmóvil. No sentía nada. Al intentar incorporarme y no poder
hacerlo, todo se me vino encima, fue angustioso. En aquellos minutos
me pasaron muchas cosas por la cabeza, acordándome de Julio Robles y
Nimeño. Pero tras largos días sin sentir las piernas. A los
seis días, cuando las sentí, fue como volver a nacer.”
9.9
Bailaor:
Don Salvador Domecq
y Díez, al separarse de sus hermanos, en 1968, llevándose la tercera
parte que le correspondió por herencia, formó la ganadería de “Toros
de El Toreo”. En 1970, don Salvador Domecq y Díez, cambió el hierro
por el que utiliza actualmente (2003), manteniéndose intacta en sus
orígenes. Una vez más, la vacada que regenta D. Salvador Domecq, ha
seguido teniendo una extraordinaria regularidad, lidiando muchos
toros con notable éxito. Y es que la nobleza de su encaste es muy
del agrado de los toreros, ya que saben de antemano de las muchas
posibilidades de lograr éxitos. La referida independencia de D.
Salvador, cuando en 1968 formó su propio hierro con el citado tercio
de la ganadería originaria, la ubicó en la parte de la finca
“Jandilla” que por herencia le correspondía. Los toros de El Toreo
se encuentran repartidos en dos fincas contiguas, situadas en el
término de Vejer de la Frontera (Cádiz). La primera es Jandilla,
donde tiene la tercera parte del cortijo original. Son 340 hectáreas
de dehesa y labor de riego, en las tierras desecadas de la célebre
laguna de La Janda. La otra es “El Torero””, con 300 hectáreas de
vega de arroz y el resto, hasta completar las 900 totales,
destinadas a pastos para el ganado. El conjunto de ambas acoge a más
de 500 vacas de vientre y cincuenta sementales, más los toros,
novillos y resto de camadas de menor edad. Lo que se dice, una
superpoblación animal, con escasas posibilidades para que los toros
pueden realizar una buena gimnasia funcional.
En 1999 lidió, 73
astados; en el 2001, 68; en 2002, 71; en 2003, 68 toros, a los que
les cortaron 52 orejas y 5 rabos: 6, en Córdoba; 2, en Granada; 3,
en Alicante; 6, en Vitoria; 6, en Málaga; 6, en El Puerto de Santa
María; 1, en Bilbao; 1, en Benalmádena; 4, en Zalamea la Real; 6, en
Cehegin; 6, en Logroño; 6, en Vera; 6, en Albarán; 6, en Lorca; 3,
en Bayona y 1 en Jerez de la Frontera. Fueron toros notables:
Ofensivo, núm. 65, en Córdoba. Sotero, núm. 94, en
Vitoria. Bailaor, núm. 28, en Málaga. Orondo, núm. 52,
y Alicantino, núm. 130, en El Puerto de Santa María.
Borracho, núm. 7, en Logroño. Enrejado, núm. 74, en Vera.
Valentón, núm. 11, en Jerez de la Frontera. |