LA GACETILLA TAURINA |
Nº 1 - Noviembre (Textos originales del Dr. en veterinaria D. Juan José Zaldivar) |
Sigue la Incógnita |
No
se comenzó a emplear el término bravura
hasta hace relativamente poco tiempo, ya que sólo se utilizaba el término
de casta, sinónimo de genio,
temperamento, agresividad, etc.
Muy pocos pensaron en que bajo esos diferentes
términos pudiera existir, casi silenciosamente, toda una serie
de virtudes síquicas, anímicas, ocultas de inmenso valor.
Enmarcados en ese
tan natural como lógico desconocimiento,
incontables ganaderos, desde tiempos ancestrales, compraron reses
sueltas, o pequeños hatos, como mercancía barata y
sin pretensiones, y allá juntaron en su dehesa los diversos
hatos, como si fueran simples recoveros, hasta constituir, en no pocos
casos, una gran masa de vacunos de todas las edades y pelajes, de
procedencia prácticamente desconocida. Sin
embargo, la virtud bravura estaba ahí, acompañada siempre de la
nobleza, a la espera de ser debidamente depuradas o seleccionada. Mucho
tiempo hubo de pasar hasta que alguien adivinara que esos valores
estaban escondidos bajo la piel de una extraordinaria fiereza,
acometividad sin freno y huída tan inesperada como sorprendente. ¡Que ser tan extraño, tan temido como
desconocido, parecía entonces a todos! El problema de saber en nuestros
días qué ganadero virtuoso adivinó tesoros tan ocultos sigue
realmente vigente. No sabemos quién, pero sí tal
vez quiénes, dieron los primeros pasos en dedicarse a depurar
las características no deseables en los toros para que pudieran
lidiarse mejor y con menos peligros. Lo estudiaremos en la próxima
entrega.
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casemo - 2004