Manizales (Colombia). 11 Enero. Lleno. Se lidió un encierro de Ernesto Gutiérrez, con transmisión, dificultades salvables, en fin un interesante juego que mantuvo a los espectadores totalmente metidos en la corrida y eso es muy importante.


El Juli, dos orejas, oreja y ovación y
Morante de la Puebla, palmas tras aviso, división de opiniones y oreja.

Lleno en los tendidos, tarde de diversos climas, sol, conato de lluvia y luego mucho frio, mientras que en los chiqueros un encierro interesante de la ganadería de don Ernesto Gutiérrez, cuyo ganadero actualmente es don Miguel Gutiérrez, bien presentados, encastados y bonitos de hechuras para un “Juli” arrollador y un “Morante de la Puebla” con extraordinarios momentos mágicos.

Se dio inicio a la corrida tras diez minutos de tardanza para esperar que el público terminara de abarrotar los tendidos de la monumental, lo cual no es correcto, pues hay que respetar a quienes si son puntuales y como sabemos, todos la “hora taurina” es una hora sagrada.

No fue un gran día para “Morante de la Puebla”, pero a pesar de ello tuvo momentos de grandeza que pudo regalar sobre todo con su último oponente y en un quite al toro de “El Juli”, su labor se vio truncada por toros con movilidad y tal vez un poco incómodos, es decir, mas para una faena técnica que artística, no apropiados y a contra estilo del diestro español.
 

Lo mas destacado quedo plasmado en las verónicas que ejecuto al quinto de la tarde, momento en que su arte hasta para el reloj de la plaza y el público se paro de sus asientos para jalear unos lances de arte exquisito, es decir, de arte “morantista”, adjuntándole con la muleta pases soberbios por ambas manos pero sin terminar de abrir el “cofre de las esencias” del todo, lo importante es rescatar el esfuerzo de querer, tras estocada entera cortó una oreja a petición de los asistentes, repetimos, por sus ganas de querer agradar, tras los fuertes pitos que escuchó en sus dos oponentes anteriores.

El maestro Julián López “El Juli”, toreo de capote perfecto toda la tarde, verónicas de recibo acompañando las embestidas con cadencia y ritmo, remates con medias por debajo, quites por chicuelinas y lopecinas… los tendidos en pie ovacionando a su ídolo y máxima figura del toreo, sus enormes ganas de agradar y hacer el toreo bueno, fue reconocida por lugareños y foráneos. “El Juli”, al margen de ser un torero con inmenso cartel, es además un torero taquillero y eso es un plus extra.

En su primero, un toro bravo que se movió, lo toreo por bajo sin dejarse enganchar la muleta a pesar de que cada pase terminaba hacia las caderas por condición del toro, terminó por torearlo en redondo y tras una fulminante estocada, hubo una petición unánime de las dos primeras orejas de la tarde.

En el segundo que fue mas complicado, le dio inteligentes espacios tras una fuerte e incomoda brisa con la que era casi imposible ligar muletazos, sin embargo agradeció la afición, la perfección en la lidia y tras otra gran estocada hubo nuevamente petición de oreja por el merito a su labor.

En su último lo intento de todas las maneras, de largo, en corto por encima y por debajo… pero era imposible, un toro que desarrollo sentido muy pronto y sabia lo que dejaba atrás, a pesar de ello y tomando en cuanta las condiciones descritas, lo cuajó estando por encima del burel, una estocada entera bastante trasera y tras tardar en caer la gente pidió a la presidencia un premio que correctamente no fue concedido, por la ubicación del estoque.

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