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Fernando Robleño
Robleño corta la primera y última oreja de la feria de Ceret
12 Julio 2015Ceret (Francia) Toros de Adolfo Martín, nobles pero con poca transmisión. El quinto fue un "pájaro" que acabó orientado. La plaza tuvo lleno en los tendidos.
Luis Miguel Encabo, ovación y ovación.
Diego Urdiales, división de opiniones y palmas tras aviso.
Fernando Robleño, palmas y oreja tras aviso.
El diestro Fernando Robleño cortó hoy la primera y última oreja de la feria taurina de Ceret (Francia), un festejo en el que Luis Miguel Encabo y Diego Urdiales anduvieron por encima de sus lotes.
MÁS TOREROS QUE TOROS
El primer toro de Encabo se desplazó bien, humilló y siguió las telas con codicia antes de tomar una primera vara en bravo. Bien Encabo en el recibo y en la lidia capotera, además demostrarse fácil en banderillas.
El toro tardeó mucho en la muleta pero cada vez que la encontró en su hocico la tomó con claridad y clase por ambos pitones.
Después de una primera parte de faena a base de muletazos largos pero sin continuidad, Encabo apostó por un cambio táctico: sustituyó el bamboleo inicial (forma habitual de enganchar a los toros de este encaste con los vuelos de la muleta) por unos toques más fuertes, el toro, más obligado, respondió mejor. Surgieron entonces tandas mejor ligadas, y de no haber caído baja la espada hubiera habido oreja.
Su segundo, un toro fuerte y cornipaso, se dejó torear sin molestar jamás. Hubo muletazos muy buenos pero le faltó más ligazón a la faena para compensar la falta de emoción en las embestidas del de Adolfo Martin.
El primero de Urdiales, que lució un gran trapío, no se empleó en el capote pero fue bravo en tres puyazos que tomó. En la muleta, el astado desarrolló sentido ya en las probaturas de Urdiales, cuyo mérito fue robarle un par de derechazos de buen trazo después de dos coladas. A la tercera optó por abreviar.
El quinto tuvo buen fondo pero poco celo. El mérito de Urdiales fue de conseguir embeberlo por el pitón izquierdo donde surgieron los mejores momentos de una faena muy trabajada que no pareció convencer al exigente público ceretano.
El primero de Robleño, muy en tipo y reseñado previamente para la encerrona de Fandiño en Madrid, se estrelló en un burladero donde se rompió un pitón por la cepa. Fue una lástima a la vista de las cualidades de bravura que evidenció.
El sobrero, de más peso, se desplazó con todo de forma brusca. Fue bruto en el caballo, sin emplearse, y metiéndose por el pitón derecho en el capote de Raúl Ruiz. Robleño lo desengañó antes de meterlo en su muleta por ese pitón, tirando mucho de él para ligar tandas meritorias. Al final el toro desarrolló lo que tenía guardado, y Robleño lo despachó de gran estocada.
El "cierraferia" era hermano del toro al que Perrera le cortó las orejas el año pasado en Madrid, pero no tuvo las mismas virtudes. Fue noble, pero le faltó entregarse de verdad. Robleño sí lo hizo en todo momento y consiguió momentos de toreo bueno en una faena larga culminada por una gran estocada justo cuando tocaba el aviso.
Finiquitó su labor con dos golpes de descabello y le concedieron justamente una oreja. La primera de la feria y la última.
Al finalizar la corrida se le entregó a Diego Urdiales el premio Popelin por su temporada 2014 en Francia
EFE