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Espla sacado a hombros por su hijo y Morante de la Puebla
Bautista irrumpe en la triunfal y emocionante reaparición de Esplá en Arles
10 Septiembre 2016Arles (Francia) Toros de Zalduendo, aparentes y sin exageraciones de ningún tipo, nobles y dóciles en distintos grados. Destacó sobremanera el tercero, de nombre "Opulento", número 178, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. La plaza registró más de tres cuartos de entrada en los tendidos.
Luis Francisco Esplá, oreja y oreja.
José Antonio "Morante de la Puebla", bronca y oreja
Juan Bautista, dos orejas y rabo, y dos orejas.
El diestro Juan Bautista, que cosechó un total de cuatro orejas y un rabo, fue el gran triunfador de la corrida goyesca celebrada hoy en Arles (Francia), una tarde especial por la reaparición ocasional de Luis Francisco Esplá, que cortó dos orejas después de sufrir también un tremenda y aparatosa voltereta.
SE LE PARÓ EL RELOJ
El veterano diestro Luis Francisco Esplá, que reaparecía ocasionalmente en la corrida goyesca celebrada hoy en la ciudad francesa de Arles, demostró que por muchos años que hayan pasado desde su adiós a los ruedos, como si su reloj taurino se le hubiera parado en el otoño del 2009.
Pero además la tarde tuvo también un componente artístico, uno dramático otro, y más importante, triunfal. El coliseo arlesino estuvo decorado por pinturas del propio maestro alicantino, que, lejos de los toros, se adentró en el mundo pictórico.
Luego, y después de haber cortado una oreja en el toro de su reaparición, por una faena muy marca de la casa, de mucho oficio y buena técnica, Esplá llevó la pasión y la congoja al tendido en el cuarto.
Después de brillar con un personalísimo quite por navarras con el percal, la faena al cuarto fue simplemente genial. La raza, el buen hacer, ese toreo de otra época se aunaron para dar forma a una obra importante, ensombrecida por la tremenda voltereta que cobró Esplá en los últimos compases.
El toro, de Zalduendo, hasta en dos ocasiones, lo zarandeó, hizo presa también en suelo, pero, milagrosamente, no pasó más que un aparatoso corte en la cabeza. Cortó otra oreja más.
La tarde contó también con otro protagonista de excepción, el local Juan Bautista, que cuajó de cabo a rabo a su extraordinario primero después de una faena templada, desmayada, muy bien compactada y siempre a más.
Importante labor de Bautista entre el delirio de sus paisanos, tanto que, tras una gran estocada, le premiaron con los máximos trofeos de un "zalduendo" premiado con la vuelta al ruedo.
Y otras dos orejas cortó Bautista del sexto tras otra genial y magnífica faena.
Y Morante, tras inhibirse por completo con su primero, al que despenó entre una sonora bronca, cortaría una oreja del quinto por una faena pellizcada con extraordinarias fases de su personal, aromático y añejo toreo. EFE