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Juan Leal triunfa en Nimes (Francia) con un bravo toro de Domingo Hernández
19 Septiembre 2020Nimes (Francia) Toros de Domínguez Hernández, primero y quinto con el hierro de Garcigrande, bien presentados y de juego desigual. El mejor, el tercero. Noble y soso, el primero; flojo y a la defensiva, el segundo; descastado, el cuarto; áspero y complicado, el quinto; y sosote y facilón, el sexto.
Daniel Luque, ovación tras aviso y ovación.
Juan Leal, dos orejas y vuelta al ruedo tras petición.
Marcos, que tomaba la alternativa, ovación y ovación.
La plaza registró alrededor de un tercio de entrada, o, lo que es lo mismo, unos tres cuartos del aforo permitido.
El joven torero francés Juan Leal acaparó este sábado los titulares del tercer festejo de "la Vendimia" de Nimes (sur de Francia) y lo hizo tras desorejar a un bravo toro de Domingo Hernández, en una tarde en la que Daniel Luque y Marcos, que tomaba la alternativa, se fueron de vacío.
Si ya es complicado torear en estos tiempos de pandemia, el poder doctorarse es, sin duda, un lujo al alcance de muy pocos. Esta tarde lo hizo el joven Marcos Pérez, que se ha convertido este sábado en Nimes en el primer torero en convertirse en nuevo matador de toros en este atípico 2020 marcado por la crisis de la Covid-19.
Marcos, conquense de nacimiento, hijo del empresario Maximino Pérez, tomó la alternativa con "Borrachito", de la ganadería de Garcigrande, el hierro que durante años poseyó su abuelo, Domingo Hernández, a cuya memoria fue la faena del toricantano, que anduvo fácil y solvente con un toro que se dejó, y con el que fue ovacionado por los tendidos.
Y más aplausos del respetable recibió tras dar muerte al sexto, otro toro facilón con el que Marcos volvió a mostrarse pulcro en una faena mal rubricada con los aceros,
El que sigue con su racha imparable de triunfos es Juan Leal, que pronto enseñaría sus cartas al cortar las dos orejas del tercero, un toro encastado de Domingo Hernández con el que el joven torero de Arles llevó la emoción a los tendidos a base de entrega en una faena iniciada de hinojos y abrochada en la distancia corta, haciendo alarde de su consabido labor.
Entre medias hubo tandas ligadas por uno y otro pitón, que también gustaron al respetable, de ahí que, tras la estocada, le premiaran con el doble trofeo.
El mérito de la faena al quinto estuvo en que Leal jamás se arrugó ante un toro áspero y complicado, con el que se pegó un auténtico arrimón, jugándosela en cada lance de una faena en la que acabó volteado, por fortuna, sin más consecuencias que el mero susto. Le pidieron la oreja, pero el palco aquí fue más estricto.
Otro torero que venía contando sus actuaciones con éxitos era el sevillano Daniel Luque, que hoy, en cambio, no tocó pelo en ninguno de sus dos toros: en el primero por culpa de la espada y en el otro por enfrentarse a un animal muy descastado, con el que apenas pudo dejar alguna pincelada suelta de su personal estilo.
Pero antes, en el segundo, de corrida había estado Luque muy bien ante un toro que se sujetaba con alfileres y que tendió a defenderse en el último tercio. Luque trató de ayudarse a tirar hacia adelante a base de mimo y temple, y así logró pasajes más que estimables por el pitón derecho. Pudo haber cortado una oreja, pero su fallo a espadas lo dejó todo en una ovación tras escuchar un aviso. EFE