Por fin, aunque quizás algo más tarde de lo que debería, ya está publicado el pliego de condiciones para la Plaza Real. Y yo, que he sido muy crítico —y lo seguiré siendo cuando algo no me gusta—, en esta ocasión me quito el sombrero.

 

Vamos al grano.

 

Lo primero que he visto, y que celebro, es que se trata de un pliego a largo plazo. Siempre es buena noticia que el empresario cuente con un margen de tiempo suficiente para planificar y ejecutar una temporada en condiciones.

 

Lo siguiente que he leído y que no solo me gusta, sino que me entusiasma, es que la temporada podrá y deberá finalizar en la fecha más taurina del calendario: el 15 de agosto. Tan solo puedo decir: olé. Además, se pasa de tres a cuatro corridas obligatorias por temporada, y que se otorgue mayor puntuación a quien supere ese mínimo es algo que también hay que aplaudir.

 

Juan M Quiros

 

A grandes rasgos, también valoro positivamente que se contemple una política de abonos con descuentos para jóvenes y mayores. No debemos olvidar que los jóvenes son el futuro de la fiesta, y que ojalá lleguemos a tener un tendido joven a rebosar, donde también los mayores puedan compartir con ellos sus vivencias y conocimientos taurinos. Ese relevo generacional es imprescindible si queremos que la afición se mantenga viva.

 

Que se exija la presencia de al menos un alumno de la Escuela Taurina La Gallosina en la novillada es otra excelente noticia. Quizás habría que haber ido un paso más allá e incluir como obligatorio que un matador local esté presente en los carteles principales.

 

En el apartado negativo, sigo pensando que el Ayuntamiento dispone de un número excesivo de entradas para el temido "gañoteo", uno de los males endémicos de nuestra fiesta. Gente que solo asiste si no paga. No sé si el pliego lo contempla, pero un lavado de cara a las barreras y unos cuantos camiones de albero sevillano tampoco vendrían mal.

 

Y ahora, permítanme detenerme para felicitar a todos los que han hecho posible este nuevo pliego. Es justo reconocer el esfuerzo, el compromiso y la valentía de quienes han apostado por devolverle a la Plaza Real la importancia que merece. Muy especialmente quiero agradecer la implicación del concejal de Plaza de Toros, Carmelo Navarro, que ha demostrado una cercanía y disposición encomiables con el mundo taurino portuense. Y, cómo no, destacar el gran trabajo y el valioso asesoramiento de Antonio Carambito, uno de los mayores enamorados de nuestra plaza. Y doy fe de ello.

 

Ahora, que Dios reparta suerte y que el empresario que llegue sepa colocar a la Princesa del Sur en el sitio que merece.

 

Y no lo oculto: a mí, Carlos Zúñiga y sus Circuitos Taurinos me gustan, y mucho. Ojalá sea él el elegido. Eso sí, amigo Carlos, no olvides mi consejo: Morante, Juan Ortega y Daniel Crespo. Los aficionados portuenses te lo agradecerán. Y mucho.

 

Así lo vi, y así lo cuento.