Valencia. Cuarta de feria. Tres cuartos de plaza. Se han lidiado dos toros para rejones de Fermín Bohórquez, manejables.. Dos de El Pilar (2º y 6º), mal presentados y descastados. y dos de Victoriano del Río, desiguales de presencia,

Hermoso de Mendoza, silencio y saludos.
Enrique Ponce, silencio tras aviso y saludos.
Sebastián Castella, oreja tras petición de la segunda y aviso y silencio.

Se desmonteró Javier Ambel tras parear al tercero. Escriba su texto.

SÓLO UNA OREJA DONDE HABÍA DOS

Tres ganaderías tras baile de corrales. Victoriano del Río tuvo el honor de lidiar el que puede ser el toro de la feria. De nombre "Forajido", le cupo en suerte a Sebastián Castella, que ya con el capote entendió sus virtudes en un saludo a la verónica coronado con dos medias.

 

Sebastián Castella

El francés, con un ceñidísimo quite por chicuelinas en el platillo caldeó el ambiente que con los palos prologó Javier Ambel. Y tras el brindis, en los mismos medios, Castella esperó a "Forajido" para ejecutar un cambiado por la espalda en el que aguantó lo indecible para acto seguido ponerse a torear en redondo.

Desde ese mismo instante, el de Victoriano del Río fue una máquina de embestir. Con el hocico arrastrado por la arena y con una bravura y transmisión inagotables. El torero aguantó el tirón en dos emocionantes tandas a derechas.
Al natural la faena no tuvo la misma intensidad, y Castella se pasó de tiempo con el único pasaje destacable de cuatro pases de pecho ligados sin mover las zapatillas. Mató de estocada caída y cortó la única oreja del festejo. Para "Forajido", los honores de una ovación en el arrastre.

No pudo redondear la tarde el francés en el sexto, un toro de "El Pilar" zancudo, sin casta ni fuelle, que no sirvió ni para arrimarse.

Ponce cargó con un lote imposible. Su primero, de "El Pilar", un mulo que nunca rompió hacia adelante. Peor aún el quinto, un zambombo de Victoriano del Río que manseó en varas derribando a las dos cabalgaduras, haciendo pasar un quinario a las cuadrillas, y que nunca descolgó.

Toro con peligro, pero aún así trató de meterlo Ponce en la muleta. Lo consiguió por momentos, pero "se rajó" al sentirse podido. Y se puso complicado también para entrarle a matar.

Hermoso y sus caballos se impusieron sin paliativos a dos toros mansos y grandes de Fermín Bohórquez. En su primero, el navarro lo bordó con "Silveti" y "Machado".

Con el segundo, "Chenel" se sintió torero, dejándose llegar al toro, al que templó a dos pistas y toreó con la grupa. "Ícaro", caballo valiente, puso la guinda. Pero en ambos falló Hermoso con el rejón de muerte, perdiendo una más que segura puerta grande.
EFE