Santander. Última de la Feria de Santiago. Lleno Se han lidiado toros de Victorino Martín, desiguales de juego y presencia.

El Fundi, ovación y silencio;
Antonio Ferrera, ovación y oreja con petición de la segunda;
El Cid, ovación y silencio.
 

El diestro Antonio Ferrera cortó la única oreja de una interesante corrida de Victorino Martín, en la que hubo toros de todo tipo, y en la que tanto José Pedro Prados "El Fundi" como Manuel Jesús no supieron sacar partido, hoy en Santander.

MÁS TOROS QUE TOREROS

"El Fundi" cuajó una primera faena con notables desigualdades. El "victorino", suelto de salida, se movió mejor por el pitón derecho, por donde surgieron los mejores muletazos, aunque sin llegar a hilvanarlos. Por el izquierdo el animal se lo pensó más y puso en algún que otro aprieto al torero, que acabó atascándose con el descabello.

Con el cuarto se vio a un "Fundi" abatido y descentrado, que no cogió nunca aire de un toro que embistió con cierto buen son, sin hacer ningún extraño aparente. El torero se rindió por completo.

El primero de Ferrera fue un gran toro, que se movió con buen aire por los dos pitones, a pesar de faltarle un tranquito más en las embestidas. Ferrera, que cumplió un vibrante tercio de banderillas, anduvo acelerado, y tardó también en acoplarse. Dos tandas más reposadas en el epílogo fue lo mejor de una labor que no tuvo oportuna rúbrica con los aceros.
El quinto fue el otro buen "victorino" de la corrida, al que Ferrera cuajó una faena muy efectista. El toro embestía con clase y codicia por los dos pitones, y el extremeño, de nuevo rapidito, no acabó de exprimirlo como se merecía. Sin embargo los numerosos guiños a la galería conectaron mucho con la gente, lo que le valió una oreja.

"El Cid" tuvo en primer lugar un toro gazapón y mentiroso, que aunque se desplazó en la muleta lo hizo un punto descompuesto y "midiendo" constantemente al de Salteras, que tuvo aplomo para instrumentar una faena, con los mejores pasajes en el toreo al natural. En un descuido por ese pitón sufrió una voltereta, por fortuna sin consecuencias. Falló a espadas.
El sexto le puso al "Cid" en algún que otro apuro nada más comenzar su labor. Toro que venía siempre cruzado con el que "El Cid" no se dio ninguna coba. Tiró por la calle del medio, y sin compromiso de faena se fue directamente a por la espada. El enfado de la plaza fue monumental.

EFE