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Emilio Huertas
Solo vuelta para Huertas en Madrid
25 Junio 2011Con alrededor de un quinto de plaza, se lidiaron seis novillos de Hermanos Torres Gallego, muy bien presentados y de juego desigual. Destacó el encastado tercero, aplaudido en el arrastre.
Francisco Montiel, ovación tras leve petición y silencio tras aviso.
Jesús Fernández, ovación en ambos.
Emilio Huertas, vuelta tras petición y silencio tras aviso
INTERÉS AL PRINCIPIO, DESESPERACIÓN AL FINAL
Un festejo con dos partes bien diferentes. Hubo pasajes interesantes al principio, pues los tres primeros novillos se prestaron y los novilleros, en mayor o menos medida, dejaron apuntes también notables, pero a partir de ecuador cambió el panorama. No "sirvió" el ganado y la tarde se hizo muy desesperante.
La peor noticia reseñable de la función fue la pobrísima entrada que hubo, ni un quinto de la plaza se llenó.
Volviendo a la novillada, en lo artístico, destacó por encima de todo un gran novillo, el tercero, encastado y con emoción, sobre todo por el pitón derecho, y al que Huertas le costó un mundo cogerle el aire.
Novillo bravo en el caballo, derribando en la primera vara y empujando con fuerza y a las faldas del peto en la segunda. Y en la muleta siempre fue a más, con una embestida fiera y enclasada.
Pero, lo dicho, Huertas tardó en acoplarse con él, muy acelerado y despegadito en el prólogo con la mano izquierda. Aunque al echarle la muleta a la diestra hubo mayor conjunción e incluso surgieron un par de tandas de buen corte.
Pero insuficiente, pues debió haberle cortado la oreja, y aunque mató a la primera tuvo que conformarse con una vuelta al ruedo. Seguro que se acordará Huertas de su puntillero, que se eternizó con el verduguillo, y enfrió mucho el ambiente. Eso sí, la ovación al novillo en el arrastre fue de órdago.
Con el manso e incómodo sexto, que no humilló ni terminó de pasar, echando la cara arriba al final del viaje, tan sólo pudo estar voluntarioso. Hubo algún pase suelto, pero poco más.
El catalán Jesús Fernández hacía su debut en Las Ventas, y se le esperaba con interés después del triunfo cosechado hace unas semanas en Barcelona, y solventó la papeleta con valor y recursos.
Con su noble pero incierto primero se le vio un tanto nervioso al principio, con muchas prisas y sin asentarse lo suficiente. Pero a partir de la tercera tanda a derechas se reposó algo más Fernández y fue cuando brotaron una serie de muletazos largos y por abajo, con ajuste y buen gusto.
Al natural no hubo la misma sintonía y aunque volvió a intentarlo por el otro pitón ya no fue igual. El novillo acabó orientándose y poco más pudo hacer el hombre.
En el quinto pasó un verdadero trago Fernández. También porque se equivocó y apenas fue picado, motivo por el que el novillo llegó violento al último tercio. El hombre anduvo dispuesto y valiente sorteando coladas y derrotes, pero en lo artístico, nada de nada.
El otro debutante, Francisco Montiel, fue todo voluntad en su primero, novillo noble y bueno, aunque a menos, con el que evidenció lo poco toreado que está. Dejó algún detallito suelto de cierta enjundia por el lado derecho dentro de un conjunto sin redondez.
Y con el soso y parado cuarto lo intentó de mil maneras pero sin decir nada, pues el comportamiento tan deslucido del utrero lo condicionó todo. EFE