Noticias |
Julián López
"El Juli" corta dos orejas Silveti y Labastida una oreja cada uno
29 Enero 2012San Luis dee Potosi Mex) 28 Enero. Con dos tercios de entrada se lidiaron cinco toros de Arroyo Zarco y uno, que hizo cuarto, de Fernando de la Mora muy bueno. Los del hierro original fueron manejables destacando el astado que cerró plaza.
Fernando Labastida, con el toro de su alternativa,ovación. con el sexto oreja.
Julian López "El Juli",palmas y dos orejas,
Diego Silveti, saludos y oreja
Julián López El Juli fue el triunfador de la corrida en la que las dos empresas se unieron por primera vez. El español se presentó en El Domo, donde obtuvo aplausos en su primero y dos orejas en su segundo, mientras que Fernando Labastida en su alternativa, tuvo aplausos en su primero y con el que cerró plaza una oreja con petición de otra; y Diego Silveti, que se presentó por primera vez en San Luis, tuvo aplausos en su primero y oreja en su segundo, los toros fueron de Arroyo Zarco, que resultaron desiguales, algunos con peligro y otros buenos, sobresaliendo el cuarto que fue para El Juli. Muy buena la entrada en bEl Domo
Antes de la corrida los empresarios rindieron un homenaje al amigo ganadero Pablo Labastida, entregando reconocimientos a su viuda y a sus hijos.
FERNANDO LABASTIDA
Albo y oro
El toro de la alternativa se llamó Don Pablo, número 282 y de 480 kilos, lo recibió de verónicas para recibir la primera ovación. Vino la ceremonia de la alternativa en la que El Juli le dijo unas palabras a Fernando, con Diego Silveti de testigo, luego le cambió el percal por la manta. Brindó a su familia e inició pegado a tablas y ya en el centro del ruedo toreó con largueza para que se escucharan los oles. Por naturales toreó con el mismo tenor, aunque el toro lo sintió y estuvo a punto de levantarlo, regresó con derechazos y cuando el toro le quedó atrás, lo jaló pasándoselo por la espalda y vino el reconocimiento de la afición, pero luego el toro resultó peligroso, hacía por el torero a cada instante y aun así Labastida no se achicó, sabía que era su oportunidad y toreramente supo salir del momento, lo malo que al entrar a matar cobró media estocada, tendidita, y como no dobló tuvo que descabellar, consiguiéndolo hasta el cuarto intento. Hubo aplausos en su retirada.
El que cerró plaza se llamó "Berrinchudo", número 247 y 478 kilos de romana, al que toreó de verónicas y remató con dos chicuelinas y una media. Su faena la brindó a todo el público y la abrió con el escalofriante péndulo, por lo que el público se animó y más ante las notas de la Acuarela Potosina, Labastida aprovechó el momento para torear con clase y calidad, lo mismo de derechazos que de naturales. Fue por el acero, pero antes de entrar a matar toreó por alto y luego el estoconazo con el que el toro pronto dobló. El juez le concedió una oreja y hubo fuerte petición de otra que no concedió, apechugando la bronca.
EL JULI
Botella y oro
El primero para El Juli fue el de nombre "Añorado", número 296 y 486 kilos, al que toreó muy bien, aun que breve de verónicas, luego se hizo lucir en un quite por chicuelinas. Después de la ceremonia en la que Labastida regresó la muleta, El Juli se fue al centro del ruedo y ahí toreó por derechazos, le repitió por el mismo lado y quiso hacerlo con los pies pegados a la arena, pero el toro no respondió. Por naturales Julián López empezó a mostrar su arte y lo mejor vino al torear nuevamente por derechazos. El toro no era lo bueno que se deseara, pero de que Julián tiene arte, lo tiene y esto lo saca adelante en su faena, con solo unas pinceladas de esa clase, mas tuvo que entrar a matar y para la de malas pinchó tres veces, luego un tercio de espada y un golpe de descabello. Hubo aplausos en su retirada.
El cuarto de la tarde fue el de nombre "Apoderado", número 151 y 500 kilos de peso, al que El Juli recibió de verónicas. Su brindis fue para toda la afición e inició la faena pegado a tablas y con los pies fijos en la arena, luego abrió el compás para darle largueza a sus pases. Por naturales le dio también el temple, pero todavía creció más la faena con tandas de derechazos cuando la afición coreó esos pases con arte, con lentitud, extendiendo todo el brazo para recrearse en la suerte y los oles fueran más prolongados. Vino el dominio total del hombre hacia la bestia al hacérselo pasar como él quería, a veces en redondo, otras por la espalda y así una y otra vez, pero había que ver qué clase de toro era el que estaba en la arena. Se decidió entrar a matar, y esta vez cobró un estoconazo en todo lo alto que hizo rodar al toro sin puntilla. Dos orejas para el Juli, con fuerte petición de rabo y arrastre lento para el de Arroyo Zarco.
DIEGO SILVETI
Palo de rosa y oro
El primero para Diego se llamó "Lonelito", número 244 y de 477 kilos de pesos, al que toreó de verónicas y lo remató muy en su estilo, luego se echó el capote a la espalda para realizar un quite por gaoneras, las que le fueron muy coreadas. Brindó a toda la afición e inició con derechazos, con mucha clase, mucho torerismo y así le repitió tandas, cada vez más intensas y con un público que le coreó esos pases, se ve que el guanajuatense es un torero de dinastía y tiene la herencia de un toreo clásico, de verdad, sin escatimar esfuerzo y valor. Por naturales sacó también muy buenos pases e hizo recordar al Rey David en un desplante. Por derechazos sacó un pase interminable, en el que toreó en redondo con casi dos vueltas en una circunferencia y luego hizo recordar a Alejandro Silveti al pasárselo por la espalda. Estaba todo listo para entrar a matar, pero lamentablemente pinchó dos veces antes de medio estoque y luego un certero golpe de descabello y con mucha justicia lo sacaron al tercio.
El toreado en quinto lugar se llamó "Desprecio", marcado con el número 245 y con 547 kilos de peso, el más pesado del encierro, al que Silveti luego de sujetarlo, lo toreó de verónicas y se hizo lucir en un quite. Abrió la faena con tres pases pegado al piso y luego un cambiado por la espalda, enseguida se fue al centro del ruedo en donde toreó primero por derechazos y luego por naturales, en eso estaba cuando el toro le hizo un extraño y al querer salirse el torero tropezó y cayó a merced del toro, y aunque éste hizo por él, por fortuna no le pegó la cornada. Se levantó y sin mirarse la ropa siguió toreando, pero el toro le mostró una y otra vez lo peligroso que era. Fue por el acero y luego de torear por alto se tiró a matar y cobró un estoconazo, con el que el toro dobló y el juez de plaza le concedió una oreja, merecida, pues la sola estocada la valía.
Tino Portillo - El Sol de San Luis