Nîmes (Francia). Dos toros -primero y segundo- de Núñez del Cuvillo, justos de fuerzas pero aprovechables; dos -tercero y cuarto- de Alcurrucén, de buen juego; y dos más -quinto y sexto- de Garcigrande, bueno el quinto y mejor el último. Encierro en general muy justo de presencia y de trapío. La plaza tuvo más de media entrada en mañana de buena temperatura.

Sebastián Castella: pinchazo, estocada y dos descabellos (ovación tras dos avisos); estocada (oreja); y estocada (oreja tras aviso).
Juan Leal, que tomaba la alternativa: estocada (oreja); pinchazo, estocada caída y dos descabellos (ovación tras aviso); y pinchazo, estocada y descabello (dos orejas).

 

Juan Leal salió hoy por la Puerta de los Consules del coliseo de Nimes (sur de Francia) el día de su alternativa, tras cortar tres orejas, mientras que Sebastian Castella, su padrino, protagonizó también una buena mañana al cortar dos orejas.

LEAL, TORERO A LA VISTA

Visto el mal juego de la corrida de Jandilla lidiada el viernes en esta misma plaza, los dos toros previstos de esta divisa fueron sustituidos por otros tantos de Nuñez del Cuvillo, escogidos entre los que formaban parte de la corrida suspendida ayer.

De Cuvillo fue "Andadosa", número 219 y de 512 kilos, toro escaso de poder, trapío y raza pero noble, que se escogió para la alternativa de Leal.

El nuevo matador se mostró solvente con el capote y, después de recibir los trastos de su padrino, viendo el escaso fondo de su oponente, optó por acortar distancias después de dos tandas por el pitón derecho. Mató bien y corto la primera oreja.

Frente al toro bien hecho y con "transmisión" de Alcurrucen que hizo cuarto, Leal quiso imponer otra vez el toreo de distancia corta en el que se encuentra tan a gusto. La faena le salió desigual y no estuvo acertado a la hora de matar, con lo cual el premio se redujo a una ovación.

Mucho se jugaba Juan Leal con el último toro de Garcigrande, un astado noble y con mucha "transmisión", con el que inició su faena de rodillas en el centro, antes de relajarse por el pitón derecho, y de acortar distancias. Recibió una fuerte voltereta, volvió al toro con mucho valor.

Y aunque tampoco anduvo fino en la suerte suprema, agradeciéndole al nuevo matador su entrega de toda la mañana, el público pidió las dos orejas que fueron a parar en sus manos, las cuales le permitieron salir en hombros por la tan ansiada Puerta de los Cónsules.

De Cuvillo también fue el primero del lote de Sebastián Castella, un toro bajo del que administró muy bien su nobleza por ambos pitones, a pesar de algunos enganchones que deslucieron algunas tandas. Acabo entre pitones, pero falló a espadas, y perdió así algún trofeo.

Con el de Alcurrucen que hizo tercero, basto pero bueno por el pitón derecho, Castella tiró de oficio para realizar una faena correcta que no "rompió" del todo. Mató bien y cortó una oreja.

Bajito, noble y con poca duración por su falta de casta y poder, el quinto de Garcigrande, aprovechado al máximo por Castella en una faena muy medida que le permitió cortar otra oreja después de otra buena estocada. EFE