Añover de Tajo. (Toledo) Casi lleno.. Toros de Luis Algarra. bien presentados y de buen juego.

Juan José Padilla,(Fucia y oro) ovación y dos orejas;
Eugenio de Mora,(Purisima y oro)  dos orejas en ambos; y
Goméz del Pilar, (blanco y oro) que tomó la alternativa, dos orejas y dos orejas y rabo.

Tarde triunfal la de hoy en la ciudad toledana de Añover de Tajo donde los tres matadores y el mayoral salieron a hombros por la puerta grande.

Tarde importante para Gómez del Pilar en su doctorado en tauromaquia, donde ha demostrado estar sobrado para ocupar un puesto en el “vetusto” escalafón de matadores.

En el toro de su alternativa de nombre “Costurero” herrado con el nº 7, estuvo muy decido desde que salió de chiqueros donde lo esperó. Toro noble pero sin fuerza el toricantano se empleó con lucimiento para conseguir un par de series de alto valor. Una estocada le valió las dos orejas del primer toro de su nuevo escalafón.
En su segundo lo recibió bien de capote. La faena con la muleta fue pausada y de entrega, no exenta de valor. Mató de una estocada que le valió otras dos orejas y el rabo.

Juan José Padilla en el primero de su lote estuvo como es habitual muy dispuesto en banderillas, el toro embestía bruscamente y con peligro por el pitón izquierdo, por lo que su labor estuvo basada por el derecho; las cortas embestidas le impidió conseguir algún trofeo.

En el segundo la cosa cambió. En esta ocasión no estuvo muy acertado en banderillas. El toro siempre muy parado y manso se rajó pronto. Padilla tuvo que hacer uso de su peculiar forma de concebir el toreo, derrochando entrega y valor hasta conseguir sacar a su oponente lo poquito que tenia dentro. Antes de entrar a matar el toro se echó en el albero, una vez en pie, dejó arriba una estocada que le valió las dos orejas como premio al conjunto de su actuación.

Eugenio de Mora estuvo toda la tarde en torero, en su primero que metía muy bien la cabeza, ligó buenas series por ambos pitones, a su oponente que embestía con la cabeza alta. Faena de menos a más. Media estocada arriba le valió sus dos primeras orejas.

El segundo que recibió muy bien de capote, iba mucho mejor por el pitón derecho, ya que salía del embroque por el izquierdo con la cabeza alta. Tuvo que llevarlo a media altura para evitar su caída, ello le sirvió para hacer un toreo de pases sueltos no exentos de brillantez. Otra estocada arriba le siervo para llevarse otras dos orejas.