Arles (Francia)Toros de Domingo Hernandez, desiguales de presentación y hechuras. Descastado y flojo el primero; Bueno el segundo, de nombre "Velero", que fue indultado; sin clase el tercero; desrazados el cuarto y el quinto; y complicado y con "guasa" el último.
La plaza tuvo más de tres cuartos de entrada en tarde nublada.

Enrique Ponce, silencio y silencio.
Julián López "El Juli", dos orejas simbólicas y palmas.
Juan Bautista, dos orejas y dos orejas.
 

LA TARDE DE SU VIDA

Quizás espoleado por su exclusión de la corrida de los seis matadores que se dará en Nimes a beneficio de la Unión de Toreros, Juan Bautista se ha reivindicado con fuerza en su tierra, enseñándole al Juli el camino del toreo puro y de la verdad.

Tauromaquia de gran calado, en una tarde que quedará como un referente para este matador, que tal vez haya dado su mejor dimensión.

A su primero, un toro sin mucha clase, hizo gala de una torería y de un gusto inmenso, sublimando las embestidas vulgares del animal. Una de las faenas más brillantes de su carrera con los acordes del concierto de Aranjuez de fondo, acabando toreando muy relajado, con el toro muy metido ya en la muleta, sin toques bruscos, con suavidad y temple. Lección de toreo. Estoconazo y dos orejas de ley.

Su segundo fue un toro complicado y peligroso que midió mucho al torero. Recibió dos puyazos en bravo y llegó a la muleta pidiendo el carné. Juan Bautista se mostró muy metido y entregado en la faena, toreando con oficio y torería hasta dominar a su ejemplar. Mató de otro estoconazo en lo alto y paseó dos orejas.

El segundo de la corrida, bonito de cara y bajo de manos, tomó un primer puyazo en bravo, sonando la música. Buen quite a continuación del Juli por chicuelinas, al que respondió Bautista después del segundo puyazo por chicuelinas y saltilleras.

En la muleta el toro resultó bueno, con transmisión y humillando. Mantuvo la boca cerrada hasta el final. Juli se mostró esforzado estéticamente pero perfecto técnicamente, muleteando por abajo y transmitiendo hasta lograr el indulto. Recibió dos orejas simbólicas pero el indulto fue protestado.

El quinto, más pequeño y con poca cara, cumplió en dos puyazos mediocres y salió suelto de los muletazos. El Juli, tesonero, violento en los toques y tapándole la cara al toro a la salida de los muletazos, consiguió meterlo en la canasta.

Enrique Ponce no ha tenido ninguna opción frente a dos toros desrazados y justos de fuerzas. Poca suerte para el maestro de Chiva.

Andre Viard EFE