Origen y evolución del toreo

 Nº  8 -  29 Octubre  2005    (Textos originales del Dr. en veterinaria D. Juan José Zaldivar)

CRONOLOGÍA HISTÓRICA, en España: (1021 - 1144)

1021:

            No hay  seguridad de que un soberano árabe andaluz de la España musulmana, Abbud-el Asma, celebrase corridas cuando en 1021 se erigió rey e Sevilla tras  negar obediencia al califa de Córdoba. Lamenta el Conde de las Navvas, erudito riguroso, no  poder comprobar este dato con documentos solventes. El  mismo  investigador menciona fiestas de toros en la coronación de Alfonso  VII  en León, el (26-05-1135). Otros documentos  señalan que el rey de Navarra don García Ramírez presidió las corridas con motivo de su boda en León, el (24-06-1144, con doña Urraca, hija  natural del emperador. Se sabe que asistió toda la familia real y la nobleza más  caracterizada de Castilla, León y Asturias.

 1031-1348:

            En  la plenitud de nuestro Medievo (1031-1348), hasta  llegar a la Baja Edad Media en que los reinos cristianos se acercan a la culminación de la Reconquista (1348-1492), se celebraron innumerables corridas, de las cuales cada vez contamos con mejores y más documentados testimonios. Hay constancia de que en esta última época los españoles musulmanes del reino de Granada participaban en fiestas de toros rivalizando con los cristianos en los momentos de tregua. Véasen los trabajos de Beatriz Badorrey y Martín sobre historiografía medieval y fiestas de toros, caballerescas  y populares.    

 1040:

Iniciada la reconquista había corridas de toros no solamente en las poblaciones aún en el dominio de los mauritanos, sino en las que estaban en el de los reconquistadores. Y antes   de marchar en este camino, voy a deshacer un error; muy común en todos los escritores taurómacos históricos. El precioso romance titulado: Fiesta de toros en Madrid, escrito en hermosas quintillas, modelo de literatura, por don Leandro Fernández de Morales, sirve para describir una hazaña taurómaca del famoso don Rodrigo Díaz de Vivar El Cid Campeador. Fernández de Moratín, afirma que El Cid lanceó a un toro, que había causado el pánico entre los caballeros moros que estaban en aquella fiesta. Ello pudo suceder hacia 1040.

            La hazaña, tal vez, creada por la imaginación del poeta: El Cid nunca lanceó toros, se dedicó a lancear moros. En contradicción con lo de Fernández Moratín está lo afirmado por tres buenos historiógrafos: don Ramón Menéndez Pidal, don Pascual Millán y el Conde de las Navas (Don Juan Gualberto López Valdemoro). ero, en toda la época de la reconquista hubo fiestas de toros, aunque El Cid no haya tomado activa participación en la brega. Alfonso El Sabio dio una infamante ley para los toreros. Lo que ya indica la tendencia de hacer de la Tauromaquia ejercicio propiedad de la nobleza en aquellas lejanas épocas, porque la ley era para los hombres que traicioneramente hieran o maten a las fieras, después que los caballeros hayan luchado con ellas.

 1080:

            Se cuentan con datos bien documentados de que en la ciudad de Ávila, el año 1080, con motivo de la boda de don Sancho de Estrada con doña Urraca Flores, que fue concertada por el obispo de Oviedo don Pelayo, se celebró una corrida de toros en el coso de San Vicente. En ella, los nobles y otras gente de a pie lidiaron seis toros bravos y esquivos con, naturalmente, gran solaz e folgura de los que tal oteaban, que es lo mismo decir, con gran alborozo y diversión para los espectadores. La costumbre del toro nupcial y  en plaza de toro es sin duda mucho más antigua, tanto como  puede serlo la de correr toros por las calles de las villas y ciudades; pero los historiadores de Ávila han sido más cautelosos que los de otras villas.

            Las corridas nupciales -por cierto, muy extendidas por todo el territorio peninsular desde tiempo inmemorial-, llamaron poderosamente la atención de A. Álvarez de Miranda, que le dedica sabrosas páginas en su admirable libro Ritos y juegos del toro. El vínculo con la sexualidad esa más directo en los festejos rurales. Y cabe preguntarse: ¿Qué es lo esencial de la corrida que llamamos moderna? La gracia frente al peligro. Ante el toro nupcial, como en el de San Marcos, se ensayaban suertes del toreo con garbo, con galanura. Todavía parece prematuro hablar de “arte”; si bien es cuestión de sensibilidad. Desde luego, se pone en práctica una idea que el maestro Francisco Arjona Herrera (Cúchares) tenía  muy en cuenta: “De todas las suertes, la más importante es que no le coja el toro a uno.” Es preciso compatibilizar esta sabia máxima con otra: “Para torear y casarse hay que arrimarse.” Cúchares, siendo ya viejo, quiso armarle Lagartijo competencia en Sevilla en la lidia de un toro de don Anastasio Martín, en  mayo de 1864. En quites hicieron proezas uno y otro, pero la cornada se la llevó Rafael Molina. Cúchares la vio venir cuando ambos hincaban la rodilla, y dijo levantándose: Esa pa los tontos.

 1096:

            Al término de la gran batalla de Alcoraz, acaecida el (25-11-1096), sobre una llanura de su nombre, al sur de la ciudad de Huesca, entre las tropas del emir de Zaragoza Mostain II y el ejército cristiano al mando de don Pedro I de Aragón, el monarca en conmemoración de esta batalla, mandó edificar en el sitio del combate una iglesia dedicada a San Jorge, patrón de la milicia aragonesa, adoptando desde entonces en su escudo la cruz del Santo, en campo de plata, y en sus ángulos cuatro cabezas rojas en recuerdo de los caudillos moros muertos en la batalla. Sin embargo, al regresar Pedro I el Cruel, hermano de Alfonso I, a la ciudad de Burgos, asistió a una corrida de toros, según nos lo describió el canciller Pedro López de Ayala, escritor, poeta y político español, nacido en Vitoria, en 1332 y muerto en 1407, quien señala en su obra Crónica de Don Pedro I, textualmente:

            «E ese día domingo -que pudo ser el primer o segundo domingo del mes de diciembre de 1096-, por cuanto el rey -se refiere a Don Pedro I- era entrado nuevamente a la ciudad -expresión árabe-castellanizada- de Burgos, corrían toros en aquella plaza...» Los toros lidiados bien pudieron ser procedentes de Jarama... y uno de ellos bien pudo haberse llamado Don Pedro.

 1100:

            Para el cronista Cepeda, en su Resunta Historial  de España, cita como inicio oficial de las corridas  de toros el año 1100, fecha en que para él espectáculo taurino era peculiar de nuestra Nación.

 1124:

           Con motivo del matrimonio de Alfonso VII (1126-1155) con Doña Berenguela la chica, hija del conde de Barcelona, se celebraron toros en Saldaña en 1124, y lo mismo se efectuó en León, cuando Alfonso VIII, el Noble o  de las Navas, calificativo por haber vencido a los árabes en la batalla de las Navas de Tolosa-, rey de Castilla (1155-1214), casó a su hija Doña Urraca con el rey García de Navarra.

  1135 - 1144:

            No hay  seguridad de que un soberano árabe andaluz de la España musulmana, Abbud-el Asma, celebrase corridas cuando en 1021 se erigió rey e Sevilla tras  negar obediencia al califa de Córdoba. Lamenta el Conde de las Navvas, erudito riguroso, no  poder comprobar este dato con documentos solventes. El  mismo  investigador menciona fiestas de toros en la coronación de Alfonso  VII  en León, el (26-05-1135). Otros documentos  señalan que el rey de Navarra don García Ramírez presidió las corridas con motivo de su boda en León, el (24-06-1144), con doña Urraca, hija  natural del emperador. Se sabe que asistió toda la familia real y la nobleza más  caracterizada de Castilla, León y Asturias.

                

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