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LA GACETILLA TAURINA |
Nº 51 - 21 de Septiembre 2006 (Textos originales del Dr. en veterinaria D. Juan J. Zaldivar) |
Cambió el matadero por la gloria. |
Aquel mismo día, en presencia del ganadero, mayoral –don Alfonso- y el carnicero, Palmero fue tranquilizando a distancia. Comprobamos que la fractura podía ser fácilmente reducida… y desde aquel momento el toro se manifestó noble en extremo. En ningún instante impidió que se le estudiara el problema, estando el animal en pie. Minutos después se recuperó, ante el asombro de tan reducida concurrencia. Aquellos “encuentros” a toro parado y moviéndose asidos de los cuernos eran cosa de valientes.
A últimos de julio acompañamos a Palmero a la Plaza de Toros de Villena (Alicante). En los corrales de la plaza conocía nuestra voz y nos miraba. Antes de comenzar la corrida, por asombroso que parezca, le platiqué a Francisco Rivera (Paquirri) que sería el diestro encargado de lidiarlo, lo vivido con Palmero. Le garantizamos lo noble y bravo que sería. Le cortó las dos orejas y el rabo, cuyos trofeos nos entregó en la misma plaza. Al día siguiente, en la portada de ABC de Madrid, en foto a toda plana, se publicó el acontecimiento, viéndose cómo se había calcificado la fractura. Quien dude de lo narrado puede preguntarle al abogado y ex torero Victoriano Valencia. Él vivió paso a paso aquella efeméride… tal vez la única de esa naturaleza. En lugar de morir de una o más balas, la ciencia moderna le salvó para la gloria. A finales del pasado julio se cumplió cuarenta años. NOTA: Con más detalles puede el lector encontrar aquel suceso en la Enciclopedia del Toros de Lidia. Una Hermosa Pasión: Los Toros Bravos. Tomo I. 1999. Zacatecas (México). Pp. 61-63. Pie de foto: Los autores de este suceso. El Dr. Zaldivar y Palmero en el momento de retirarle la escayola.
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casemo - 2004