LA GACETILLA TAURINA 

 Nº  90-   5 Agosto 2007   (Textos originales del Dr. en veterinaria D. Juan J. Zaldivar)

Gacetillas de Psicología . (Los sentidos en los animales)

        

       Citamos en la Gacetilla anterior el asombro que nos causó comprobar la capacidad que tienen las ciervas y vacas guías para reaccionar ante situaciones no previstas, sin que nadie se las haya enseñado. Pero resulta aún más asombroso haber visto, a lo largo de varios años, cómo un grupo de ciervas adultas o de vacas bravas silvestres seleccionan a la que debe guiarlas..., o cuidar de sus terneros. De no haberlo visto jamás lo hubiese creído. Lo que está claro es que tras unas pruebas seleccionan por unanimidad democrática a la de mejores aptitudes -¡qué más quisieran los hombres lograr designar a quienes deben representarlos en la Política con la certeza que lo hacen los animales!-, y viéndolo hemos llegado a la conclusión que en muchos casos, la cierva o la vaca, realiza toda una serie de ejercicios hasta estar preparadas:

            *Se someten a un verdadero celibato, de ayuno sexual, ya que dejan de procrear, para dedicarse exclusivamente a descubrir con la mayor rapidez cualquier peligro que aceche a sus defendidas (dos), guiándolas con un celo y entrega, que en nada se parece al que emplean las autoridades destinadas a protegernos.

            *Realizan el constante ejercicios de sus sentidos, especialmente el del olfato, el oído y la vista, de ahí que las hayamos visto en constante alerta, oteando el horizonte lejano y entrenándose sin descanso en husmear en todas direcciones. Después de dos o tres años de esforzado entrenamiento el cuello se le ha alargado ostensiblemente más que a todas las demás y como se pasan el tiempo, cuando están en pie, siempre ramoneando y mirando en todas direcciones, con sus pabellones auriculares campaneando y extendidos, la vista se les desarrolla más y alcanza a ver peligros más lejanos que sus compañeras.

            *Tiene sus pabellones auriculares más grandes y en su cerebro están grabados una gran cantidad de ruidos diferentes, que saben analizar perfectamente. Cuando escuchan el motor de un coche en  marcha saben con precisión a la distancia que se encuentran y se percatan perfectamente si se está alejando o acercando. Si se acerca, antes de que el vehículo se aproxime a cien metros, ya se ha levanto de su encame y avisado con un ligero gruñido de corta longitud de onda a sus compañeras, que viven tranquilas al depositar en su guía toda su seguridad vital.

            *La constante vigilia de estar permanentemente alzando el cuello y comiendo de los retoños más tiernos del matorral más alto, les proporciona un desarrollo mayor de sus extremidades, delgadez atlética y prestancia, que todas sus compañeras parecen admirar, resultando asombroso el respeto que le tienen. Esas hembras guías son un ejemplo constante para los seres humanos, pues son de una fidelidad, entrega y verdad en sus decisiones admirables. En ellas no existen la mentira ni los engaños.

            *La vista la tienen extremadamente desarrollada. Veamos un ejemplo: Cierta tarde, subido en un alto alcornoque en el Coto de Caza Hato-Ratón -entonces propiedad de D. Carlos Melgarejo Osborne, de imborrable y grato recuerdo-, en el Municipio de Villamanrique de la Condesa, observamos al fondo que se había levantado una cierva grande y después otras compañeras hacían lo propio. Cuando ella lo creyó oportuno arrancó a caminar desde el interior de la mancha camino hacia el bebedero. Por casualidad llevaba unos calcetines blancos cubierto por los pantalones. La cierva guía estaría a unos 100 metros. Iba a pasar muy  próxima a donde estaba sentado, a unos 10 metros del suelo. Venía con el cuello estirado hacia arriba y sin dejar de mirar sin pestañear. Las demás la seguían caminando relajadamente. Me dio por estirar el pantalón ligeramente, dejando ver un trozo de calcetín blanco. Lo vio inmediatamente y todas salieron huyendo.

            Repetí en sucesivas tardes el mismo experimento con diversos colores y el que más pronto vieron las distintas ciervas guías fue el blanco, sin comparación alguna con los demás. Dicho todo esto los hechos parecen bien simples, pero ya no es lo  mismo cuando diga que las vacas de  lidia criadas en un medio silvestre también seleccionan por grupos quién debe ser su guía y responde así mismo a los colores. Una y otras no tienen la misma sensibilidad en el conjunto de sus sentidos, pero la que ejerce de guía los tiene muchísimo más desarrollados. Había en uno de los potreros del rancho “El Coloradito” de Villa de Cos (Zacatecas) una vaca guía que a centenares de metros de una de las torretas allí instalada, con una cómoda caseta en lo alto, para manejar el ganado a distancia y para observar la conducta social de los animales, que a centenares de metros comenzaba a mirar par ver si veía algo dentro de la caseta, mientras las otras caminaban despreocupadas hacia los bebederos detrás de ella.

 

Volver

casemo - 2004
Laplazareal.net