LA GACETILLA TAURINA 

 Nº  92-   20 Agosto 2007   (Textos originales del Dr. en veterinaria D. Juan J. Zaldivar)

Gacetillas de Psicología . (Anuladas las Leyes de la selección)

              

 Después de cuanto llevamos escrito en esta serie, apenas iniciada, sobre psicología del toro bravo, debemos tener cuenta que, en todos los casos, el mundo animal vive sujeto, en cada una de las especies, a la implacable fuerza de la selección natural, cuyas leyes han exigido a toda criatura ciertos medios protectores que le permiten sobrevivir. Unos seres han desarrollado terribles armas defensivas, otros se valen de ingeniosos disfraces para pasar desapercibidos y un gran número disponen de agresivos y mortales venenos, además de las muchas especies que han logrado los más sofisticados procedimientos para  vencer en la lucha por su existencia. Por el otro, está guiado por su instinto de conservación que, como en el caso de los animales carnívoros, buscan la presa viva que les alimente, dispuestos siempre a atacarla y matarla, estando dotados de acometividad permanente y siempre prontos a la lucha. Sus facultades mentales se adiestran en este sentido, haciéndoles sagaces, astutos, maestros en el acecho, en la caza por sorpresa y prontos a capturar su pieza. Así que, anuladas esas leyes…los animales sucumben, el toro deteriora su biología y la especie humana antes.         

            Sin embargo,  las divagaciones, más o menos apoyadas en principios científicos, sobre las costumbres del toro de lidia en el campo, del jesuita P. Laburu, y las hipótesis del profesor Sanz Egaña, quien nos señaló, desde la «plasticidad del instinto», hasta la conclusión de que «el toro de lidia es de temperamento esquizoide», es decir, un neurópata, tienen escaso valor comparados con los textos literarios en que se habla con conocimiento de causa de las costumbres de los toros bravos en el campo, que como vimos en la gacetilla anterior, debemos a don José Daza, aparecidos dos siglos antes de que el P. Laburu y el profesor Sanz Egaña expusieran sus conferencias sobre la psicología del toro de lidia en Madrid.

            La defensa contra los carnívoros y el hombre, la búsqueda de la alimentación y la selección sexual son los tres impulsos motrices esenciales que determinan la clase de vida y la psicología de los bovinos silvestres, a más de la defensa contra las inclemencias atmosféricas, que les hace refugiarse bajo los árboles o en los accidentes del terreno. Cuando éstos no los hay,  como ocurre en la abierta e inmensa Marisma del Guadalquivir, especialmente en la margen derecha del legendario río donde se haya ubicado el citado Doñana, los animales se resguardan en las numerosas manchas de arbustos, en las que establecen sus encames y en  las que existen incontables galerías protegidas por los abundantes arbustos, al igual que en los ranchos de nopales en las fincas mexicanas.

            Con sonómetros de alta deficición, colocados en el interior de los espacios huecos de esas “machas” de arbustos y especialmente bajo las conocidas como “habitaciones” que conforman las grandes nopaleras, se ha descubierto que las voces y ruidos más lejanos se hacen eco y se escuchan con gran nitidez aunque se originen a más de 30 kilómetros de distancia. Cérvidos y jabalíes en la gran reserva biológica del Parque de Doñana, o las reses lidia escondidas bajo catedrales de nopales, escuchan perfectamente cuanto pasa a varios kilómetros a la redonda, especialmente los días de calma ambiental. En cierta ocasión pudimos oír perfectamente una conversación entre dos vaqueros de a caballo que estaban a más de 10 kilómetros de distancia…y los toros escuchan bajo los nopales la salida de los caballos de la casa del cortijo, y los ciervos echados a la sombra en sus galerías que los guardas están pasando por la orilla de la Marisma… y se retrasan dos horas en salir a los llanos a pastar.

 

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