LA GACETILLA TAURINA 

 Nº  93-   27 Agosto 2007   (Textos originales del Dr. en veterinaria D. Juan J. Zaldivar)

Gacetillas de Psicología . (El enigma de la complejidad de la mentalidad)

            

 En la obra “Más allá de la Psicología”, se refiere (páginas 488 a 491) que  Georges Gurdjieff solía contar una historia: “… había un mago en lo profundo de las montañas que tenía muchas ovejas, y para evitar pagar a unos pastores y también para evitar tener que ir a buscarlas todos los  días cuando se perdían en el bosque, las hipnotizó y contó a cada una historia diferente, logrando dar a cada una de ellas una forma de pensar diferente, dándole realmente identidades de animales diversos, desde las que se creyeron hombres, hasta las que se comportaron como tigres.

El mago provocó un increíble desaguisado. Es lo que han terminado creando a lo largo de milenios las diversas sociedades en su seno mental, que al final, tu mente no es tu mente y esto es algo básico para entender la complejidad en que vive el mundo actual, ya que tu mente “es un implante de una sociedad en la que has nacido accidentalmente y sus repercusiones o transgresiones llegan hasta la conducta de los toros actuales. Si hubieras nacido en un hogar cristiano, pero hubieras sido transferido inmediatamente a una familia musulmana y educado en el islám, no tendrías la misma mentalidad; una muy distinta que no puedes concebir. Un toro nacido en una dehesa de España, llevado de inmediato a un rancho mexicano es en breve tiempo es diferente en su comportamiento a sus hermanos españoles, porque es manejado de otra forma.

Bertrand Russel, uno de los genios de nuestro tiempo, trató denodadamente de liberarse de la mentalidad cristiana, no porque fuera cristiana, sino porque le había sido dada por otros. Quería tener su propio punto de vista sobre las cosas. No quería ver las cosas con las gafas de los demás; quería entrar en contacto con la realidad de manera directa e inmediata. Quería tener su propia mentalidad. Los toros de lidia, que no son genios, pero que sí tienen mucho genio, sin percibirlo se colocan las gafas que le aporta cada forma de ser de sus criadores. Así que, sobre la frágil mentalidad del ganado bravo, cada ganadero implanta su forma en la selección, haciéndoles como él cree que debe manifestarse, que es como decir, que tengan una mentalidad  brava al servicio de sus intereses.

La selección del ganado bravo, aplicada desde hace tres siglos, no es hoy la voz  interior de una mente, de un cerebro animal propio del medio natural, no. Es la resultante de un largo proceso de implantación y modificación de sus caracteres originarios, que ha terminado, como los hombres actuales, es mal disfrutar una vida prestada. Y por eso hay hoy tanta miseria humana en el mundo, moral, ética y fanática, y tanta y tan profunda degradación biológica en los toros: porque ni nosotros ni ellos vivimos auténticamente, ninguno de los dos vive su propio yo; simplemente seguimos las órdenes que nos han sido implantadas… y ambos vamos caminando a tientas, cada día más perdidos en  la oscuridad.

En ese sentido, una de las contribuciones científicas más importantes se la debemos el científico español José Manuel Rodríguez Delgado, que capitaneó a un insigne grupo de catedráticos de la Facultad de Veterinaria de Córdoba –Doctores Castejón y Santisteban-. Mediante la  implantación de electrodos intracerebrales ellos descubrieron setecientos  centros en el encéfalo del toro bravo. Cada uno de ellos es capaz de contener una gran cantidad de información; es como una grabación. Sus primeros experimentos en el  hombre fueron sorprendentes: estimulando por radio cierto centro cerebral con uno de esos  electrodos y el hombre comenzaba a hablar. Dejaba de estimular aquel punto neuronal y el hombre dejaba de hablar. Volvía a estimular el mismo punto y el hombre comenzaba a hablar de nuevo desde el principio ¡aquella conversación estaba grabada y la cinta neuronal vuelve al principio!

 

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