Ajalvir (Madrid) Se lidiaron cuatro toros de Orellana Perdiz, dispares de hechuras pero de parejo juego aplomado por escasez de raza, y dos novillos, en tercer y sexto lugar, de Antonio López Gibaja, de buena presencia, nobles y manejables.

Alberto Álvarez: silencio en ambos.
 Andrés Palacios: palmas y silencio.
El  novillero Amor Rodríguez, oreja y oreja, 

Ajalvir (Madrid) Se lidiaron seis toros de Alberto Mateos, de buena aunque desigual presencia y de juego descastado. El quinto y el sexto desarrollaron sentido y sólo el cuarto destacó por su buen juego. La plaza, portátil, se cubrió en un cuarto de su aforo.

Sánchez Vara: silencio y oreja.
El venezolano César Valencia: silencio en ambos.
El colombiano José Arcila: silencio tras aviso y silencio.